Este 25 de noviembre se ha celebrado el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Una fecha importante que merece la pena destacar por ser una de las grandes lacras de la sociedad y un problema que a pesar de todos los esfuerzos de concienciación y todas las medidas que se toman para atajarlo, sigue existiendo en nuestra sociedad. Y lo hace en diferentes formatos, algunos más graves y otros, aparentemente, menos.
Todos, sin ningún tipo de excepción, han de ser combatidos, tanto desde el punto de vista legal, como desde el educativo. Porque, sin duda, la mejor forma de poner fin al maltrato, sea del tipo que sea, es formando a personas con valores desde su infancia.
Educar desde casa, no solamente en los colegios, y enseñar que todos somos iguales y que nadie, bajo ningún concepto, tiene derecho de atentar de manera violenta contra otra persona.
Desafortunadamente, existen nuevas formas de acoso, que han propiciado las nuevas tecnologías, creando el llamado ciberacoso, que tanto preocupa y que afecta de manera alarmante a las mujeres más jóvenes. Algo que propicia casos de maltrato y micromachismo que en numerosas ocasiones no son tomados en cuenta o que las propias víctimas no hacen público por considerar que son consecuencia de su propio comportamiento. Subir una foto, poner un comentario o cualquier otra cosa no justifica, jamás, que alguien se tome la licencia de atacar a otra persona.
En estos y en todos los casos es fundamental tomar conciencia y, sobre todo, no actuar de manera pasiva si se conoce algún caso, por pequeño que uno considere que pueda ser. Ante la violencia, la actitud más correcta es la intervención. No callarse, alzar la voz, y denunciar.
Porque la violencia contra las mujeres no es un mal menor, todo lo contrario. Es un gran problema de nuestra sociedad que acaba con la vida de muchas mujeres cada año y que mantiene aterradas a otras tantas. Celebremos, pues, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres tomando conciencia, solidarizándonos, pero, sobre todo, celebrémoslo colaborando a ponerle fin con educación y acción. Las dos vías más efectivas contra el maltrato a la mujer.