Un año después de la incursión del Ejército marroquí en la desmilitarizada zona de Guerguerat, fronteriza con Mauritania, el Frente Polisario celebra que el incidente haya servido para "romper el status quo" con el que Marruecos pretendía consolidar la ocupación del Sahara Occidental y frenar sus intentos por cambiar la naturaleza jurídica de la antigua colonia española.
Las fuerzas marroquíes penetraron en esta estrecha franja fronteriza en disputa para desmantelar una sentada de civiles saharauis que protestaban contra la explotación comercial que Rabat y Nuakchot hace de la pista de tierra que conecta Mauritania con los territorios ocupados por Marruecos, en paralelo a la costa.
Un días después, el Frente Polisario consideró que esta operación bélica suponía una flagrante violación del alto el fuego firmado en 1991 por mediación de la ONU tras cerca de quince años de conflicto armado, y en respuesta emprendió acciones de hostigamiento contra posiciones castrenses marroquíes a lo largo del muro de separación construido por Rabat en el desierto.
Ataques que según la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por decenas de países, "han causado bajas y destrozos al enemigo", y sobre los que Marruecos ha mantenido un tupido silencio en un intento por negar su existencia.
Una estrategia que mantuvo tras denunciar Argelia ante la comunidad internacional la reciente muerte de tres civiles argelinos en un bombardeo marroquí con drones a un convoy comercial en una de las carreteras que unen Mauritania y la frontera argelina a través de los "territorios liberados" en el Sahara Occidental.
Victoria política
Aunque el incidente bélico en Guerguerat no ha frenado el comercio mauritano-marroquí en la franja ni ha supuesto ganancia o pérdida territorial alguna para los contendientes, el Frente Polisario considera que supuso una importante victoria política ya que trocó la tendencia al inmovilismo impuesta por Marruecos tras la ruptura del diálogo en 2018 y el bloqueo durante dos años de la designación de un nuevo enviado especial de la ONU.
En septiembre, Rabat se vio obligado a asumir el nombramiento del experimentado diplomático italo-sueco Staffan de Mistura, aceptado por la RASD en mayo frente a las reticencias marroquíes, recuerdan a EFE fuentes saharauis.
Y aunque Marruecos aún blande la orden presidencial firmada semanas antes del fin de su mandato por el expresidente de EEUU Donald Trump -en la que acepta la soberanía marroquí sobre la antigua colonia española a cambio del reconocimiento del estado de Israel-, insisten en que ni otros estados han copiado esa senda ni su sucesor, Joe Biden, ha desarrollado el texto, es más, ha insistido en la designación de De Mistura y en la necesidad de recuperar el proceso en la ONU.
"El objetivo de Marruecos era perpetuar el status quo, y no lo ha conseguido. Ha intentado imponer su presencia ilegal en el Sahara Occidental mediante el reconocimiento de su soberanía por parte de países de la Unión Europea, cosa que no ha sucedido y por tanto entendemos que el derecho internacional ha prevalecido sobre las maniobras de Marruecos", afirma a EFE Abdula Arabi, delegado del Frente Polisario en España.
"Creemos que nuestra causa, a nivel mediático, está en un lugar incomparable respecto a la situación anterior y desde el lanzamos nuestro mensaje, que es alcanzar nuestros objetivos evidentemente por la vía pacífica pero sin abandonar la guerra porque creemos que es un derecho legítimo", subraya.
El referéndum, única salida
En este contexto, la RASD insiste en que la única solución aceptable es aún la celebración del referéndum de autodeterminación aceptado por las dos partes en 1991, aunque entiende que el acuerdo de alto el fuego rubricado entonces debe ser actualizado.
Además, considera inaceptable la condición impuesta por Marruecos a las potencias internacionales durante el fallido diálogo en 2018 de exigir el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la antigua colonia española como requisito previo a cualquier nueva negociación.
Ideas que comparte Argelia, principal apoyo político, militar y económico de la causa saharaui y rival de Marruecos, país con el que en agosto decidió romper las relaciones diplomáticas multiplicando así la grave tensión que sacude la zona y se extiende incluso al Sahel.
"Estamos en una guerra que es consecuencia de la inacción internacional, sobre todo de países que tenían que haber asumido su responsabilidad, como España, y no lo han hecho. Una guerra que ha llevado a toda la región del norte de África a una tensión que cada día se complica más, con una escalada militar inevitable", concluye Arabi.
El Gárgaras fue un cebo para el dictador rey y de esa no saldrá nunca,
El Sahara será lo que decidan libremente los Saharauis y la comunidad internacional debe implicarse para que así sea.
El Sáhara para los saharauis.