Palmer Alma Mediterránea Palma: Figueras (10), Fjellerup (27), Moreno, Ikpeze (4), Mendy (6) -cinco inicial-; Peñarroya (5), Kostadinov (2), Feliu (5), Ruesga, Kanyinda (2) y Ludonvist.
Melilla Sport Capital: Álex Llorca (8), Sergio Mendiola, Thomas De Thaey (11), Nedin Dedovic (13), Adrián Chapela (5) -cinco inicial-, Bobby Harris (11), Gaizka Maiza (2), Nikola Rakocevic (11), Niyga Barro, Álex Mazaira (8) y Amaury Gorgemans.
Árbitros: Mas Cagide (Comité catalán), Zamora Rodríguez (Comité catalán) e Ibáñez García (Comité castellano-manchego). Sin eliminados.
Parciales por cuarto: 15-25, 8-18 (23-43), 23-10 (46-53) y 15-16 (61-69).
Son Moix. 1.000 espectadores.
En una jornada inaugural igualadísima en LEB Oro y llena de remontadas, a punto estuvo el Melilla Sport Capital de ser víctima de una de ellas, pero la ventaja de veinte puntos con los que comandaba el marcador al descanso ante un Palmer Alma Mediterránea Palma con tres sensibles bajas fue un obstáculo insalvable para los locales (61-69). Empezó bien el partido para los intereses melillenses. Sergio Mendiola se hizo con el salto inicial y el belga Thomas De Thaey anotó desde más allá de la línea de 6,75 para situar el 0-3 en el electrónico.
El conjunto mallorquín buscó un encuentro de ida y vuelta, pero los hombres de Arturo Álvarez impusieron su juego posicional en ataques pausados, sacando a relucir el trabajo táctico hecho durante la semana. Mientras, los anfitriones frenaron el juego rival con continuas faltas, acumulando las cuatro faltas en los primeros tres minutos. No obstante, la falta de acierto anotador del Melilla hizo que el conjunto palmesano igualase y diese la vuelta al marcador (5-3), llegando a agotar una posesión tras tres intentos de canasta. Empezaron a mover los técnicos ambos banquillos y, a tenor del rumbo que tomó el encuentro, sentaron mejor a los visitantes, que se fueron en el marcador fruto de su dominio en la pintura y a su acierto anotador hasta el 15-25 con el que finalizó el primer cuarto, que tuvo al base estadounidense Harris y al alero bosnio Nedin Dedovic como sus máximos recursos ofensivos con siete puntos cada uno.
El segundo cuarto repitió el guion del primero, con unos compases iniciales de lo más igualados en el que ambas escuadras alternaban aciertos y desaciertos (alguno de grosero como un campo atrás del belga Amaury Gorgemans). Salvo el 21-29, el Melilla no dejó de comandar el electrónico por menos de diez puntos y, a la mínima que sus pívots estuvieron acertados bajo canasta y sus lanzadores exteriores anotaron, abrieron brecha en el marcador con una máxima ventaja de veinte puntos (23-43), diferencia con la que se llegó al descanso. Arturo Álvarez se fue a vestuarios con una renta sustancial, pero con el convencimiento de que los suyos podrían haberlo hecho mejor.
El técnico asturiano del conjunto norteafricano reunió a los suyos justo antes de dar inicio la segunda parte para que interpretasen esos veinte puntos de ventaja de la forma correcta, es decir, que tuvieran claro para afrontar los segundos veinte minutos que no debían confiarse, bajar su rendimiento y que menguase su ventaja. Un parcial de 10-0 con cinco ataques desaprovechados, encendió la luz de alarma en el banquillo visitante, que no tardó en solicitar un tiempo muerto para atemperar los ánimos (33-43).
En menos de tres minutos, se habían desperdiciado los diez puntos conseguidos en el segundo cuarto. Tuvieron que pasar casi cuatro minutos para que Bobby Harris inaugurara la cuenta anotadora melillense. Canasta a la que siguieron dos aciertos de Dedovic y De Thaey para llevar de nuevo la tranquilidad a las filas visitantes (35-49).
A base de triples, el Palmer Alma Mediterránea se mantenía vivo en el partido frente a un Melilla Sport Capital que no terminó de aprovechar sus oportunidades (dos tiros libres fallados por Harris) y dio ciertas concesiones al rival (como una falta antideportiva de Gaizka Maiza) que permitieron a los isleños situarse a menos de diez puntos (46-53) al final del tercer cuarto. No cundió el pánico en las filas melillenses, que, aunque no desplegaron su mejor versión, consiguieron restaurar la ventaja de diez puntos en el marcador, que llegaron a ser doce y también de ocho en algunos pasajes de estos últimos diez minutos, ante un Palma muy fallón en el tiro a canasta.
Aunque el triunfo fue menos holgado y brillante de lo previsto, los méritos hechos por los jugadores del Melilla permitieron a estos administrar su ventaja y hacerse finalmente con la victoria por 61-69.