Ante la atenta mirada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegados por la zona, las fuerzas sindicales de Melilla se dieron cita en la plaza Menéndez Pelayo para iniciar la marcha que puso punto y final a la huelga general de ayer. Así, a partir de las 19:00 horas fueron llegando los primeros manifestantes hasta formar un grupo cercano a las 250 personas. La marcha, como no podía ser de otra manera, se dirigió a la Delegación del Gobierno, donde se pudieron escuchar algunos tímidos gritos de ‘Zapatero dimisión”.
La protesta se desarrolló sin ningún tipo de incidente y con una asistencia bastante baja en vista de la importancia que los sindicatos le habían dado a esta fecha.
Sin embargo, los líderes de la Unión General de Trabajadores (UGT), Alonso Díaz, y Comisiones Obreras (CCOO), Caridad Navarro, volvieron a poner de manifiesto su satisfacción ante el “éxito” que había tenido la huelga, pues aseguraron que la habían secundado el 65 por ciento de los melillenses, cifra que no concuerda con los datos ofrecidos por la patronal y la Ciudad Autónoma, que fijaron un porcentaje bastante menor y reseñaron que todos los sectores habían funcionado con normalidad.
El máximo dirigente de los ugetistas no dudó en asegurar que, ante el “clamor” de los trabajadores, al Gobierno de Zapatero no le quedaba más remedio que dar marcha atrás en lo que a la refomra del mercado laboral se refiere.
No fue a más la protesta, que a partir de las 20:00 horas se fue disolviendo sin que se hubiera producido ningún tipo de altercado.
Así, Melilla finalizó el día de huelga con menos problemas de los previstos y la sensación de que el paro apenas afectó a la vida cotidiana de la ciudad, pues salvo los momentos en los que actuaron los piquetes informativos, toda la actividad comercial se desarrolló dentro de la normalidad. Tan sólo los transportes con la península se vieron más afectados, aunque funcionaron con los servicios mínimos.