La formación sindical considera que esta medida no frenará la reforma laboral y asegura que se siente utilizada “como una cobaya de laboratorio” por UGT y CCOO.
La formación sindical de empleados públicos CSI – CSIF anunció en la jornada de ayer su intención de no secundar la huelga general convocada para el próximo 29 de septiembre, pues consideran la medida planteada por Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) como un “gesto inútil” para frenar la reforma laboral.
Así habló ante los medios de comunicación locales el presidente del sector de la Administración local, Francisco Gómez Giménez, quien aseguró que durante la protesta que tuvo lugar el pasado 8 de junio para rechazar el recorte salarial del cinco por ciento a los funcionarios, los integrantes de CSI – CSIF se sintieron “utilizados” por los sindicatos de clase para hacerse fuertes frente al Estado. “Nos utilizaron como cobayas de laboratorio”, apuntilló el líder sindical.
Contra la reforma
De igual modo, no dudó en apuntar a estas formaciones como “cómplices” de la actual situación que vive España, pues aseguró que ambas viven de sus propios intereses, que se centran básicamente en obtener subvenciones de manos del Gobierno para organizar cursos. “CCOO y UGT son auténticos cómplices de las listas del paro que hay en el país”, criticó, “falsean las listas del desempleo sólo para seguir recibiendo ayudas del Ejecutivo de Zapatero”. Y es que en opinión de Gómez, los sindicatos de clase son “los grandes culpables de lo que ocurre”, algo que aseguró que no había visto “ni en tiempos de Franco”.
No obstante, quiso dejar claro que el sindicato está completamente en contra de la reforma laboral, pero que ese no es un argumento de peso para asistir a la huelga del día 29 de septiembre. Al hilo de comentario sobre el paro general, reseñó que su deseo es que la jornada se desarrolle sin incidentes, tanto para el que asista, como para el que decida no ir, pues afirmó que durante la protesta del pasado 8 de junio, varios delegados de su sindicato fueron agredidos en la península cuando gritaron “Zapatero dimisión”.
Por tanto, CSI – CSIF se desmarcó así del enfrentamiento que mantienen Gobierno y sindicatos sin ofrecer su apoyo a ninguna de las dos partes, pues si del primero señalaron que ha vuelto su ojos hacia la patronal, para CCOO y UGT no tuvieron mejores palabras, pues les acusaron de luchar por sus propios intereses, y no por los de los trabajadores.
Las pensiones peligran
Para finalizar, subrayó el “tijeretazo” que están a punto de sufrir la pensiones en España, aunque mostró su esperanza de equivocarse, pues auguró que los menos perjudicados de esta medida serán, primero el País Vasco, y más tarde Cataluña, para que ambas autonomías ofrezcan su apoyo al Ejecutivo de Zapatero para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.
“Que los sindicatos de clase no se den golpes en el pecho como si con sus cursos estuvieran formando a patriotas del futuro”, reprochó Gómez, “los empleados públicos también nos vemos afectados por la huelga, que no nos traten como si nuestro único interés fuera el económico”, sentenció.