Dicen que el mayor engaño del diablo es hacernos creer que no existe.
Así, ha sido como Vox disfrazado de diablo entró en Ceuta, donde ejerce una durísima violencia contra la Comunidad Musulmana y de la misma manera quiere entrar en Melilla. Todos los partidos demócratas señalan a Vox como un problema para Ceuta.
La infame campaña sucia llena de hostilidad hacia los musulmanes, se ha convertido en arma política de Vox. Nos etiquetan y provocan la estigmatización de la sociedad civil musulmana considerados como ‘sospechosos’, por decir poco.
En algunos casos son tan intensos los discursos de odio, racismo, xenofobia, homofobia, misoginia y discriminación de clase, que un gobierno de Vox sería una ‘bomba’ para la cohesión social y cultural. Ya tenemos a Marruecos de enemigo, para qué queremos a Vox de falso amigo en casa.
Nuestra realidad, por mucho que quieran mentalizarnos e idiotizarnos, vivimos en tierras africanas a más de 600 Km. de la Capital. De los partidos políticos, necesitamos, compromisos serios y concretos; yo no creo en los fantasmas, pero en la política puede haber algunos que juegan con los sentimientos de los Ciudadanos, te pisotean, te escupen a la cara y de esos estamos hartos.
Estamos hartos, de tanto sinvergüenza, de mentirosos, cansados de tanto fantasma y de tanto hipócrita, ya es hora del ¡basta ya! ¡No se puede, seguir engañando a los ciudadanos! Ceutíes y melillenses merecemos respuestas a los problemas, no mensajes incendiarios.
Un partido político, como Vox, que en vez de ofrecer soluciones a la peor crisis económica social de nuestras vidas, hacen ‘catequesis política’; se creen en posesión de la verdad más absoluta y desprecian a los que no piensan como ellos, traspasando la frontera de los insultos a la inmensa mayoría de la población, hebreos, hindúes, gitanos, musulmanes, cristianos todos estamos en su punto de mira. De solidaridad con ambas ciudades, nada de nada, señores de Vox: ¡Sólo les servimos para ir a votar!.
En nuestras ciudades, la hostilidad hacia nuestros vecinos como el antisemitismo, el antigitanismo y la islamofobia no tienen cabida. Ni tampoco Vox.
Ese colectivo de falsos demócratas de Vox no conoce a los melillenses. No parece haberse dado cuenta de que ningún melillense de bien al que se le insulta, se le veja y se le desprecia, va a hincar la rodilla. Porque somos melillenses, soñamos con nuestra Tierra, y constituimos una Ciudad que, en el resto de España, no tiene comparación. El discurso que dio el secretario general de Vox en la Plaza de España, comprometiéndose a seguir “luchando” para lograr más libertad, no es cierto, Y entonces, de qué libertad nos puede hablar Ortega Smith, si ya nosotros somos libres.
Sobran las palabras para entender que Vox es un partido de extrema derecha, de ultraderecha: todo el mundo lo reconoce ya así, no será jamás conveniente ni para Ceuta ni para Melilla. solo los que se arrodillan piensan que Vox va a ayudar a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. ¡Mentira absoluta!
Señores de Vox aprendan primero: Quiénes somos, cómo estamos, qué queremos, para seguir defendiendo la cohesión entre nuestras culturas y para mejorar las condiciones de vida. Mientras tanto lo único que pueden aportar es: desgracias
¿Y ahora? Pregúntense ¿por qué tanto odio?.
Dicen que el mayor engaño de la quinta columna es hacernos creer que no existe.