Por supuesto que la entrada masiva de ciudadanos marroquíes, a mediados del mes de mayo en Ceuta, no solamente se debe aprovechar para denunciar el ataque y el chantaje por parte de Marruecos a nuestro país con la intención de que cambie su política en cuanto al reconocimiento por parte de España ante la presencia de este país en el antiguo Sáhara occidental.
Es cierto que este desafío lo vivió, de primera mano, la Ciudad Autónoma de Ceuta, aunque también nuestra ciudad lo sufrió en pequeñas avalanchas, pero nada que ver con las dos jornadas funestas que tuvieron a la playa del Tarajal por testigo.
A lo largo de las últimas semanas, los contactos entre los gobiernos de Melilla y Ceuta han sido numerosos y está prevista la celebración de una nueva cumbre que tendrá como lugar de encuentro a la ciudad hermana y donde se desplazarán el presidente y los consejeros de Hacienda, Medio Ambiente y de Economía y Policías Sociales para abordar, en el último de los casos, el tema turístico.
Como recientemente comentó el mismo Eduardo de Castro ya se ha cerrado la agenda, pero lo único de lo que está pendiente es de la indicación de la fecha porque se espera a que la situación por la que está atravesando la Ciudad Autónoma se pueda calmar un poco y que el trabajo efectuado por el presidente Vivas y su equipo de gobierno tenga unos días de respiro. Pero, de todas maneras, debemos tener en cuenta que como muy tarde será, con casi toda seguridad, antes de finalizar este mes.
Igualmente, en la jornada del martes, el presidente Vivas mantuvo un contacto en Málaga con el presidente del PP de Melilla, Juan José Imbroda, para unir fuerzas desde el punto de vista partidista para encontrar una salida a la actual crisis.
Siempre hemos defendido que ante asuntos del calado de la entrada masiva de marroquíes y las consecuencias derivadas de la misma es necesario, por supuesto, dejar de lado las diferencias de partido y que todas las formaciones políticas, ya sean de gobierno o de oposición vayan de la mano. Ha quedado claro que eso se puede lograr, salvo la ayuda necesaria también de Vox que se desmarca absolutamente de ese consenso necesario entre todos los partidos en las dos ciudades autónomas.
Quien ha tenido la oportunidad de expresar el sentimiento de las dos ciudades, debido a las circunstancias vividas en Ceuta, ha sido su presidente en una tribuna de la importancia del Club Siglo XXI. Ahí, Juan Vivas ha indicado que la entrada masiva de marroquíes a mediados del pasado mes de mayo debe ser un punto de inflexión para las dos ciudades, a la hora de que la Administración General del Estado ponga sus ojos en ambos territorios y establezca un Plan de ayuda generalizado.
No olvidemos que tanto una como otra ciudad vienen solicitando desde hace varios años la necesidad del establecimiento de un programa concreto para que las dos ciudades autónomas puedan salir de la crisis, no solamente coyuntural que supone el COVID, sino también de otro problema como es el estrangulamiento que Marruecos ha establecido con los dos territorios con la intención de ahogarlos desde el punto de vista económico. Pero es que también con anterioridad era necesario que Melilla y Ceuta tuvieran la capacidad, imposible por sí solas, de cambiar su propios esquemas económicos que han quedado totalmente obsoletos.
Y ésto lo ha gritado el presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta en el Club Siglo XXI. Una tesis que, desde luego, es asumida completamente por la Ciudad Autónoma de Melilla y que las dos deben ir de la mano para que el Gobierno de Pedro Sánchez lo asuma y que esa batería de medidas las pongan en marcha.
Se está ante una oportunidad de oro, alguna cosa positiva debería tener esta entrada masiva de marroquíes. Ahora mismo, tanto Melilla como Ceuta se encuentran en la cresta de la ola en cuanto al conocimiento de sus problemas por parte de toda la opinión pública española y el Ejecutivo nacional es cuando más sensible se encuentra para ayudarnos de una manera definitiva y de la manera más rápida posible.