El parque infantil de Reina Regente no ha durado ni medio año. Se lo han cargado unos desalmados, porque no se les puede llamar de otra forma, perjudicando no ya a todos los vecinos que viven en esta zona de Melilla, sino al resto de melillenses. La construcción de este parque, junto a la dotación de aparcamientos en calle Acera de Reina Regente costó alrededor de 130.000 euros, dinero que se ha ido a la papelera, por lo menos una parte, debido a estos personajes.
El barrio llevaba demandando atención de la Ciudad desde hacía bastante tiempo, por ello es difícil de entender estas actitudes con las que desde luego no se gana nada. Si Melilla es ejemplo de convivencia, pongámoslo en práctica.
Ayer hablábamos de cuidar el patrimonio inmobiliario histórico porque eso es sinónimo de mantener la historia de esta ciudad y hacerla más grande. Pero también es cierto que hay que empezar por las cosas más sencillas. Y si de ello no somos capaces, apañaos vamos.
No vale pedir más vigilancia, porque se trata de una zona de esparcimiento para los niños y no una cárcel para delincuentes.