Omar Naji, de la sección de Nador de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), explica que la situación se ha calmado al otro lado de la valla de Melilla después de una semana de tensiones entre Marruecos y España. Eso sí, señaló a El Faro que es debido a la gran movilización por parte de las autoridades marroquíes en la frontera, “pero el problema es más profundo”. Explicó que la situación económica y social es grave y la voluntad de los jóvenes de migrar sigue ahí.
En un comunicado publicado recientemente, la asociación criticó la gran movilización que ha habido por parte de las autoridades españolas y marroquíes frente a la población civil. “Se trata de la militarización que penaliza el derecho a la circulación y la migración y obstaculiza los procedimientos de asilo que han provocado enfrentamientos, como ocurrió la noche del viernes 21 de mayo, donde las autoridades marroquíes arrestaron indiscriminadamente a 28 jóvenes marroquíes en Farkhana y Barrio Chino”, apuntaron. Relataron que por primera vez, en la noche del martes 18 de mayo de 2021, la sección de la asociación observó por primera vez que decenas de jóvenes se reunían, la mayoría de los cuales eran habitantes de zonas cercanas a la cerca fronteriza (Farkhana, Barrio Chino, Mariguari y Beni Ansar) para cruzar a Melilla.
Esta rama de la Asociación de Derechos Humanos de Marruecos en Nador asegura haber advirtido de la gravedad de las políticas migratorias marroquíes, españolas y europeas coordinadas en la esfera de la migración, las cuales creen que “han estado golpeando profundamente los derechos de los migrantes y solicitantes de asilo durante más de 15 años y explotando el sufrimiento de estos grupos frágiles de un objetivo político y financiero recíproco entre ambas partes”.
Es por ello que piden el cese del papel de gendarmería por parte de Marruecos desde la posición de principio sobre el respeto de los derechos de los migrantes y los solicitantes de asilo, en aplicación de los tratados y acuerdos internacionales ratificados por Marruecos y no por razones circunstanciales relacionadas con la obtención de beneficios inmediatos. También piden que se acabe con las devoluciones en caliente y que se libere a los 22 jóvenes detenidos a raíz de esta crisis. La asociación cree que estos jóvenes detenidos representan la pobreza, marginación y exclusión de la región de Nador tras el cierre de los pasos fronterizos con Melilla y la falta de alternativas reales y suficientes para absorber el desempleo y reactivar la economía local.
TODO UN RETO QUE TIENE ESTA ASOCIACION PARA REIVINDICAR AL GOBIERNO MARROQUI SOLUCIONES REALES PARA QUE SUS CIUDADANOS NO TENGAN PORQUE MIGRAR DE SU PROPIA TIERRA, YA QUE LA SOLUCION NO ES INVADIR LA FRONTERA DE OTRO PAIS SINO DARLES OPORTUNIDADES DE BIENESTAR SOCIAL, PUESTOS DE TRABAJO....
Todo vivo sabe y conoce más que de sobra que en Marruecos no existen DDHH y nunca han existido, apesar de tener un Ministro con su correspondiente Ministerio para no solo ejercer la defensa de esos derechos que ya de por sí ni conocen, sino garantizarlos para todo ser humano... Estás asociaciones conscientes y consecuentes con lu último acontecido, donde fuezas del orden de su patria en una Guerra Cobardía, han usado hasta a recien nacidos para asaltar fronteras a modo respuesta gubernamental, Callan y blanquean la actitud de un Tirano, y nos quieren hacer parecer que es la miseria y el hambre el q los empuja a la muerte (bebés incluidos). Son igual de complices y culpables que el Tiranorroquí de su dueño.
Estas asociaciones llevan tiempo reclamando que nuestros vecinos y vecinas simplemente puedan reintegrarse a sus puestos de trabajo legales y de economía informal a este lado de la frontera. No son activistas políticos que tengan pretensiones de promover un cambio político en su país, tan solo reivindican como haría cualquier sindicalista o representante de un colectivo de trabajadores que estas personas puedan ganarse la vida honradamente como lo hacían hasta la llegada de la pandemia.
No conviene establecer paralelismos entre lo acontecido en Ceuta y Melilla, la casuística difiere notablemente y aquí se ha tratado de "vecinos" que intentan reintegrarse a sus puestos de trabajo.