El presidente de la Asociación de la Prensa Deportiva de Melilla (APDM) tiene una esposa llamada Trini y tres hijos que son Mari Trini, Victor Manuel y Avelino. En cuanto a su filosofía de vida, asegura que es la siguiente: “es preciso vivir el hoy para poder saborear, de verdad, el mañana”.
Estudió en Madrid e ingresó en la cadena de Prensa y Radio del Movimiento, siendo destinado a Melilla, donde llegó en febrero de 1967, con la intención de permanecer en la ciudad hasta junio en que debía retornar a Madrid para examinarse. La permanencia se ha prolongado, según cuenta él mismo, hasta ahora.
En ‘El Telegrama de Melilla’, aparte de sus funciones propias de redactor, primero en prácticas y después con plaza fija, inició una serie de actividades ‘desconocidas’ hasta entonces, como fue la creación de una página musical semanal ‘Top-Music’, que llegó a ser la más veterana de cuantas páginas se hacían en la prensa española. Durante algún tiempo tuvo a su cargo, también, programas musicales en Radio Melilla.
También fue el promotor del primer club casi privado que existió en Melilla, el Club 21, ubicado en el Tesorillo. Su labor como representante de grupos la inició con ‘Los Débiles’, circunscribiéndose siempre a cuestiones económicas, sobre todo la búsqueda de contratos y la financiación, aunque después amplió estas actividades con la unión con Sebastián Clarés, de Espectáculos Alcazaba de Almería. Hubo un momento en que se llegaron a programar once pubs con actuaciones diarias.
Pasado el boom de la música en los inicios de los años ochenta se centró en su trabajo profesional como redactor jefe de periódico melillense y delegado del diario SUR de Málaga, así como corresponsal-delegado de medios de prestigio como la agencia EFE o el diario El País, en épocas en las que Melilla era noticia diaria a nivel no sólo nacional, sino internacional.
Con el cierre de El Telegrama de Melilla, en abril de 1984, pasó a desempeñar sus labores profesionales en la Delegación de Turismo, al tiempo que se hizo cargo de la edición especial que para Melilla lanzaba el diario SUR, al frente de la cual se mantuvo hasta 2002.
En 1985 refundó la Asociación de la Prensa de Melilla, de la que fue su presidente durante diez años, y en 1993 creó la Asociación de la Prensa Deportiva en la ciudad, dependiente de la Asociación Española de la Prensa Deportiva, que hasta entonces no existía, presidiéndola desde su creación.
En 1996 se incorporó a la Ciudad Autónoma, primero como inspector de Turismo y posteriormente como Gestor de Turismo, cargo que desempeñó en la viceconsejería ubicada en el Palacio de Congresos y Exposiciones, hasta su jubilación en 2014.
En la actualidad sigue cumpliendo su sexto mandato al frente de la Asociación de la Prensa Deportiva de Melilla y sigue trabajando en varios libros que serán continuación de ‘bodas de plata’, que, sobre la historia de la APDM, vio la luz en 2018.
–¿Cómo se describiría a nivel personal?
–Soy muy sociable, extrovertido, trabajador incansable y no me gusta dejar a medias nada de lo que inicio. No tengo límites en mis proyectos, que no se deben confundir con ambiciones.
–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?
–Un vaquero en invierno y un pantalón corto en el buen tiempo. No soy muy amigo de los trajes, pero ya se sabe que en el mundo actual, las obligaciones sociales muchas veces son las que mandan.
–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?
–Nunca llevo joyas. Solamente la alianza y un sello de oro, hecho especialmente para mí por mi difunta abuela Ángela, en el dedo corazón de la mano derecha
–Expresión melillense que más use o que le llame la atención
–Darse un rule.
–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.
–El Parque Hernández.
–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?
–Soy un auténtico devorador de libros. Tres o cuatro mensuales no me los quita nadie. En estos momentos estoy terminando ‘Te daré la tierra’ de Chufo Llórens y comenzando a releer la segunda parte de ‘Apocalipsis’ de Stephen King, un libro muy apropiado para entender un poco la situación a que nos ha llevado la pandemia. Puestos a elegir le diré que me apasiona la literatura histórica.
–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?
–No soy muy cinéfilo y menos un forofo de las series. En lo que a cine se refiere prefiero las películas de espionaje y policiacas y sobre todo, las comedias. Y en cuanto a series, todas lo que tengan una buena base de humor y, como trasfondo, un enfoque de la vida actual. Soy una de las pocas personas que no hay visto ni un solo capítulo de ‘Juego de tronos’.
–Mi tiempo libre lo dedico a...
–Seguir trabajando, siempre hay algo que hacer. Además me gusta ver todo tipo de deportes en directo o en televisión; leer, pasear y escuchar música desde el tango o el soul hasta el heavy metal.
–Un recuerdo de la infancia.
–Los baños con los amigos en el rio Duero y los campamentos de verano.
–Un juguete.
–Nunca he sido muy amante de los juguetes, ni siquiera de niño.
–Su fiesta favorita.
–Las romerías al estilo antiguo presididas por sus vírgenes y cristos, con su música, su baile, su sangría o su kart.
–¿Cocina? ¿Se le da bien?
–Nunca cocino. Lo hice en una época muy lejana porque tenía una sección diaria en el antiguo ‘El Telegrama de Melilla’ bajo el epígrafe ‘El rincón del ama de casa’, que incluía una subsección de recetas de cocina. Una circunstancia que me llevó a asistir a numerosos cursos tanto teóricos como prácticos. Con el fin de la sección se terminaron mis experimentos culinarios.
–No puede resistirse a un plato de...
–Salmón en todas sus variantes y formas de prepararlo.
–¿Qué tarea del hogar no soporta?
– No hago ninguna tarea del hogar ni las he hecho nunca.
–¿Personaje histórico que le llame la atención?
–Por encima de todos Jesucristo. También, César, Carlomagno, Kennedy, De Gaulle, Churchill…
–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?
–A la Roma de hace dos mil años.
–¿Viajaría al futuro?
–Bajo ningún concepto. El futuro, como tal, es algo que apenas me interesa. No soy futurista, soy realista y me gusta vivir la realidad actual.
–¿Es supersticioso?
–Para nada. Las supersticiones son algo que debería dejarse olvidadas en recónditos rincones.
–¿Se arrepiente de algo?
–No suelo arrepentirme nunca, porque cuando tomo una decisión soy consciente de lo que conlleva.
–¿Cuál es su principal miedo?
–El tener que pasar meses y meses encamado en un hospital. La inactividad es mi peor enemigo.
–Algo que deteste de usted mismo.
–Lo inflexible que puedo llegar a ser en algunos momentos. Afortunadamente cada vez son menos. Quizás sea cuestión de edad.
–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.
–Ninguno en particular. Suelo amoldarme perfectamente al lugar donde vaya. Una silla para sentarse, una gorra para preservarse del sol y un libro son todo un sueño para unas buenas vacaciones. Como verás soy muy poco exigente.
–Si le tocara la lotería…
–Me serviría para solucionar totalmente la vida de mis hijos. La nuestra, afortunadamente, va por buen camino. Todo ello contando con que Hacienda me dejara lo suficiente para hacer realidad este deseo.
–Un chiste.
–No soy muy amigo de los chistes y me cuesta trabajo recordar alguno. Ya se sabe que ancha es Castilla…