Anoche recibió la destacada distinción de manos del presidente Imbroda, en el marco de la tradicional cena de gala de nuestros festejos patronales. “Me llena de orgullo. No lo esperaba, jamás a lo largo de mi existencia había pensando nada por el estilo. Ha sido una gran satisfacción, un orgullo y al mismo tiempo estoy enormemente agradecido a aquellos que me han concedido este honor”. Así contesta Moisés Chocrón a la pregunta obligada sobre qué le parece la distinción que anoche le entregó el presidente Imbroda y que le ha convertido en el ‘Melillense del Año 2010’.
Chocrón, ginecólogo de profesión, con una larguísima carrera que se prolonga ya por espacio de 42 años, sigue al pie del cañón, atendiendo a sus pacientes, en su consulta privada de Cándido Lobera.
Durante años fue director del Hospital Militar ‘Pagés’ y durante décadas jefe del servicio de ginecología del mismo centro hospitalario. Allí cubrió numerosas funciones y en el 76, tras aprobar la oposición de tocólogo de la Seguridad Social, se incorporó también a la sanidad pública y civil hasta que la ley de incompatibilidades le obligó a decantarse por un solo puesto. Entonces, no lo dudó, eligió el de jefe de servicio de Ginecología del Hospital Militar, “donde llevaba más tiempo y podía hacer la medicina que quería hacer. Desarrollé esa profesión en todos los aspectos y la viví intensamente”.
Aún así, no se jubila porque, como él mismo dice, no quiere morir “como no sea con las botas puestas”.
Recompensa
Reconoce que no ha recibido nunca una distinción similar, aunque como director del Hospital Militar y como médico militar sí ha recibido reconocimientos y condecoraciones. “La recompensa la recibo día a día con mi trabajo y mis pacientes. Esto es lo que me ha llenado hasta ahora mi vida y ahora me encuentro con esto –en referencia al título de ‘Melillense del Año’- que es algo extraordinario”.
Su principal galardón pasa no obstante por los muchísimos melillenses que ha ayudado a nacer en perfectas condiciones. En sus tiempos, el Hospital Militar no sólo atendía a una guarnición enorme, sino también al Cuerpo Nacional de Policía, a la Guardia Civil y a lo que se llamaba el patronato militar de la Seguridad Social, además de prestar servicios también en el antiguo Hospital de Cruz Roja, de forma privada y posteriormente como tocólogo de la Seguridad Social o sanidad pública civil.
“Son muchísimos los melillenses que he ayudado a traer a este mundo pero, además, he tenido la gran suerte, al ejercer como jefe del servicio de ginecología del Hospital Militar, de repartir también a muchos melillenses por casi toda la geografía española. Ya sabemos qué pasa con los militares, que hoy están aquí, mañana van a Zaragoza o vienen de Zaragoza, Madrid o Segovia…Cuando voy a la Península me encuentro con personas que he asistido aquí y que hoy en día viven en Burgos, Madrid o en cualquier otra ciudad española. Esto me produce una gran satisfacción porque compruebo que hay melillenses esparcidos por toda la Península, y son muchísimos”.
En todo caso, ni ha hecho nunca un recuento ni ha llevado una casuística de los muchos partos que ha asistido, para eso se sirve tan sólo de la buena memoria de su esposa, que es quien le ayuda a fijar los recuerdos.
Pasión por Melilla
Melillense de nacimiento y padre de tres hijos igualmente nacidos en Melilla, Moisés Chocrón no niega que de haber admitido propuestas profesionales fuera de nuestra pequeña ciudad podría haber alcanzado más renombre como ginecólogo. Pero no se arrepiente, su pasión por el mar y por Melilla no le llevó a dudar a la hora de elegir destino, nada más aprobar las oposiciones a la sanidad militar tras realizar su especialidad como ginecólogo. “A los melillenses –dice- nos pasa como a los granainos, que estamos locos por volver aunque sea a costa de tener un puesto inferior”.
Su trayectoria, en todo caso, no está opacada por nada, en la sanidad militar alcanzó los máximos puestos dentro de su especialidad y hasta llegó a la Dirección del Hospital ‘Pagés’.
Hoy en día, ya retirado de su trayectoria como médico militar, se siente orgulloso de cuanto ha hecho y mira con comprensión el mucho trabajo que existe en el servicio de ginecología del Hospital Comarcal. “Demasiado se hace con atender básicamente la masificación que existe, por eso cuando a veces se nos dice por qué no tenemos una medicina más avanzada, siempre digo que sí, que la tenemos, pero que poco tiempo queda para dedicarse a aquello que no sea lo más básico”.