Los nuevos hábitos juveniles no pueden combatirse con prohibiciones ni persecuciones sino con medidas que faciliten información a nuestros jóvenes y permitan compaginar las nuevas tendencias con los derechos del conjunto de los vecinos. El ‘botellón’, una práctica cada vez más extendida que puede ser perniciosa cuando el consumo del alcohol es excesivo y nada moderado, es también una forma de encuentro y de reunión para unos ciudadanos que por su juventud no cuentan con tanta disponibilidad económica como para reunirse únicamente en pubes y bares.
Desde hace años se viene barajando la conveniencia de crear una zona habilitada para esta práctica que ha ido moviéndose por toda Melilla, desde la antigua U del Real, a la Alcazaba, pasando en la actualidad por la explanada próxima al Hotel Melilla Puerto, los accesos al Cargadero y, en los últimos días, en plena Avenida General Macías.
Nuestras autoridades locales deberían afrontar el reto con una propuesta que agradara a los jóvenes y que no ocasionara molestias al conjunto de los ciudadanos. La pelota está en el tejado de la Viceconsejería de Juventud.