Es cierto, como ayer declaraba el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que casi al comienzo de los graves incidentes en la frontera melillense, con los ataques a las policías, expresó su respeto a las FCSE y manifestó que en Melilla se respetaban “escrupulosamente” los derechos humanos. Unas palabras que desde luego nadie pone en duda y por supuesto todos defienden, al menos desde este lado de la frontera.
Sin embargo, no hubiera estado de más que ese apoyo hubiera venido acompañado con la presencia física de algún representante del Gobierno español.
Quizá ahora, visto que “ya se ha acabado la tensión”, pueda ocurrir.
Desde luego, su significado no va a ser el mismo que si se hubiera producido en el momento de máxima tensión; pero algo, desde luego, si significará, sobre todo para las agentes. Quedamos a la espera y con ello se demostrará que el Gobierno socialista sabe actuar con cabeza y no con cabezonería.