El alero donostiarra del Melilla Sport Capital Baloncesto, Mikel Sanz, hablaba en la previa del encuentro que mañana viernes el equipo disputará en El Plantío ante Tizona Universidad de Burgos. Una nueva final para el equipo, que llega tras un parón y la suspensión de dos partidos por un positivo de COVID-19 en los melillenses. Un hecho que el jugador vasco cree que no afectará de cara al choque.
En primer lugar, Sanz señaló las ganas de volver a competir, declarando que “el equipo estaba trabajando bien y tenía ganas de ir a jugar a Cáceres, pero por desgracia no pudo ser, y al final sabes que este parón, tal y como está la situación, puede venir en cualquier momento y contábamos con ello. Llegó, hemos parado y desde ya, vuelta al trabajo para intentar ganar en Burgos”.
El alero indicó sobre el rival de turno que “en la primera vuelta nos costó bastante, pero creo que tal y como estamos entrenando podemos volver a competir contra ellos. Es un rival directo y tenemos que ir a por todas, porque a partir de ahora todos los partidos van a ser finales para nosotros”.
En cuanto a lo que viene por delante, reseñó que “van a ser dos meses bastantes intensos, pero creo que estamos físicamente bien, a pesar del parón, así que solo queda trabajar duro e ir a por todas”.
“Lo que más estamos trabajando es la defensa, porque somos conscientes que si hacemos buenas defensas, los ataques son mejores. Además, si ellos no consiguen una alta anotación podremos competir más fácil”, añadió el donostierra.
Por último y haciendo de nuevo mención al conjunto burgalés, Mikel Sanz declaró que “todos pensaban que estaban ahí abajo, pero después del cambio de entrenador están mucho mejor, le están dando la vuelta a la dinámica y, además, sabemos que en esta liga no nos podemos relajar con ningún equipo. todos hemos ganado a todos, así que cualquiera es un rival directo”, concluyó.