La agencia de calificación Moody’s bajó ayer el nivel de calificación de la empresa Naviera Armas y Trasmediterránea de Ca a Caa2, situándola en una perspectiva negativa. Caa son calificaciones que indican mala reputación y están sujetas a un riesgo crediticio muy alto.
Por su parte, el diario económico Expansión informó ayer de que la naviera, que es uno de los gigantes del transporte marítimo, se encuentra al borde de la quiebra, y que ha dejado de pagar a sus bonistas. Señalan que la razón es que el grupo que compró Trasmediterránea a Acciona hace dos años por cerca de 300 millones de euros, no puede hacer frente al pago de intereses de una emisión de 282 millones de euros que vence en 2023 debido al desplome de los ingresos.
De hecho, el pasado día 5 de noviembre, el periódico El Confidencial ya adelantaba que la naviera era insolvente. En el diario digital afirmó que la compañía llamó a sus acreedores para negociar una quita del pasivo de 800 millones de euros que acumula, argumentando que la crisis del turismo provocada por la pandemia es la principal causante de esta situación.
Horas después, la Naviera Armas Trasmediterránea envió un comunicado explicando no se encuentra en situación de preconcurso ni concurso de acreedores. Aseguraron que este no existe y desmintieron rotundamente “los calificativos vertidos” sobre ello, afirmando que estos “dañan la imagen de la empresa y de sus trabajadores”
En Melilla, la naviera juega un papel fundamental para el transporte local ya que es la responsable de la conexión marítima de la ciudad con Almería y Málaga.
Los marroquies mantenían a flote Ceuta y Melilla en todos los ámbitos y ahora que la frontera está cerrada todo viene abajo.