El coordinador de Unión, Progreso y Democracia en Melilla, Emilio Guerra, expresó ayer su solidaridad y la de su formación política con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Que prestan su servicio en los pasos fronterizos de la ciudad, cuyos miembros, dijo, “están sometidos a unas condiciones laborales pésimas, soportando toda serie de malintencionados incidentes, fruto de una provocación orquestada que trata de desestabilizar las relaciones con Marruecos”.
Guerra rechazó las acusaciones vertidas de “violencia racista” contra los agentes policiales españoles, “que hacen su trabajo con absoluta pulcritud y rigurosa utilización de la normas aplicables a cada caso”, y denunció la frecuente actitud “chulesca y desafiante” de algunas personas del otro lado de la frontera hacia policías o guardias civiles de sexo femenino, ya que “todavía no tienen asimilado que una mujer uniformada pueda desarrollar ese trabajo”.