El domingo las familias se iban a la cama sin saber nada más sobre la petición del presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, y del Sindicato Médico para que se valorara el cierre de los centros educativos y vuelvan las clases online al 100%. Este lunes llevaban a los niños a los colegios y se preguntaban cuándo se tomará una decisión hacia un sí o un no, pero que les deje sin esta incertidumbre porque ya es complicado este curso con los horarios partidos como para que no les den tiempo a prepararse para el cierre de los centros y la vuelta las clases telemáticas. Y sobre esto la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Fampa) asegura que no hay un consenso. Hace una semana preguntaron a los progenitores y el resultado fue que un 50% estaba a favor de hacer una petición desde la federación sobre el cierre de centros educativos y la otra mitad quería que siguieran las clases presenciales.
La Fampa tiene muy claro que sin un consenso amplio no pueden hacer ningún tipo de petición de este tipo ante las autoridades, así que dejan en sus manos esta decisión. No obstante, entienden que sería “lógico” por la situación actual de la pandemia en Melilla que se adoptara la decisión de volver a las clases telemáticas y clausurar los centros.
Pero, ¿por qué hay padres que no quieren de momento volver a las clases online? Hay motivos que todos entendemos en sus justificaciones. La primera de ellas es la dificultad que hay tienen para conciliar la vida familiar con el trabajo y regresar a las casas a dar clases telemáticas aumentaría esos problemas.
Luego también hay que tener en cuenta que estos padres aseguran que no tienen medios tecnológicos para que sus hijos puedan seguir las clases online ni conocimientos para ayudarles a ellos. También influye en esta postura de no dejar los colegios que muchos progenitores no pueden echar una mano a sus hijos con las lecciones o las tareas y ya tienen esa experiencia del primer confinamiento.
Y otro argumento que está sobre la mesa de estos padres es que si se para el ir a los colegios e institutos se para la economía de la ciudad. Y a eso hay que añadir las empresas que están ligadas a la educación, como academias o ludotecas que han ofrecido los refuerzos educativos o la recogida de menores a las familias.
La Fampa también comentó que el esfuerzo de la comunidad educativa para hacer espacios seguros en los centros educativos ha sido máximo y que los protocolos que tienen los colegios e institutos están funcionando hasta ahora.
Y a la vez que todos estos argumentos están los de la otra mitad de padres que ven como no paran de subir los casos de contagios en Melilla y desean que sus hijos no tengan que ir en esta situación sanitaria al colegio de forma presencial.
Sin un consenso mayoritario la entidad no hará una petición del cierre de centros. Esta tarde tienen de nuevo una reunión, pero si no hay unanimidad de nuevo entre las familias y sigue habiendo esta división, no se tomará la decisión de hacer un comunicado en uno u otro sentido porque representan a muchas familias y quieren ese consenso.
Los colegios son seguros. Y son un servicio público esencial. Lo que sí hay que hacer es cubrir las bajas hasta donde se pueda.