Parece más que evidente que la planificación del traslado del servicio de Correos no ha podido ser más deficiente. Por un lado, las nuevas instalaciones se han revelado insuficientes para acoger todos los departamentos y se ha tenido que reubicar o retornar al antiguo edificio la llamada Ventanilla 11, donde se entrega la paquetería y los certificados postales.
Lo anterior no es nada sin embargo si se tienen en cuenta las condiciones en que empleados eventuales de Correos deben atender ese mismo servicio en el antiguo edificio. La UGT lo denuncia y pide medidas lógicas para solventar la situación.
Aún así, parece claro que nadie está contento. Aunque en Melilla no haya distancias, Correos debería instalar algún tipo de oficina, para certificados y trámites similares, en la zona centro. Sus responsables provinciales deben hacer ver a la central que un servicio que se quiere optimizar no puede entrar en una involución. Es preciso replantear la presencia de Correos en Melilla.