El impacto de la segunda oleada de la Covid-19 no da respiro a la ciudad. Con el paso de los días se agrava la situación epidemiológica, aumentando no solo la tasa de contagios, sino también la positividad y un elemento que preocupa, crece la presión hospitalaria.
La ciudad ya superó el millar de casos activos de coronavirus y el número de personas que han ingresado en el hospital en las últimas horas también, elevándose a 47, de las cuales cinco se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Se avecinan días muy duros para la ciudad, adelantaron las autoridades sanitarias, prima el tiempo para extremar el cumplimiento de las normas anticovid. Se asoma la decisión de un confinamiento perimetral, como ya han hecho otras regiones del país, pero también aparece la sombra de un “toque de queda”, que ya evalúa el Ministerio de Sanidad.
En paralelo a la crisis sanitaria, se agudiza la grave situación económica que atraviesa Melilla. Ha sido un año sin turismo, con más de 100 días de confinamiento con gran parte del comercio cerrado y, ahora, nuevamente los hosteleros se enfrentan a otro cierre mientras que limitan el horario de los establecimientos comerciales.
El panorama no es alentador, pero hay que trabajar e ir en la misma dirección para hacer frente a la pandemia y a la crisis económica de manera paralela. Bajo el paraguas de un plan de ayudas, la Ciudad busca tender una mano y contribuir para mantener las fuentes de trabajo en Melilla. Es momento de remar juntos, sin distingo, por el bien de los melillenses y la ciudad, de lanzar el salvavidas que haga reflotar a la ciudad.