Los casos activos de coronavirus en Melilla siguen en ascenso, sin que parezca que haya un freno o que se esté próximo a doblegar la curva. La ciudad superó la barrera de los 600 positivos activos y registra, según Sanidad, la segunda tasa de contagios más alta del país, solo antecedida por Navarra.
No son datos para estar orgullosos y mucho menos, cuando este martes, otra persona perdió la batalla contra el coronavirus en Melilla. Es la cuarta víctima en siete días, la séptima desde que comenzó la nueva normalidad y la novena desde el inicio de la pandemia. El Covid-19 no es un juego, es un virus muy peligroso, con una alta carga vírica y de muy fácil transmisión.
Con ese panorama, apelar a la responsabilidad ciudadana en el cumplimiento de las normas no es suficiente y así lo demuestran los números. Aún hay muchos melillenses que pasean sin mascarilla, que se la retiran de la nariz y boca para fumar mientras andan, sin dejar de lado a todas aquellas personas que la llevan en la barbilla dejando expuesta su nariz. También hay un número importante de personas que las llevan en el brazo o en la mano, sitio donde no tienen ninguna utilidad.
Es necesario aumentar la vigilancia en el cumplimiento de las normas, endurecer las reglas pero siendo cuidadosos con la ya débil economía local, para que las medidas no repercutan con fuerza en el comercio. La salud y el proteger la vida de los melillenses es la prioridad y así deben interiorizarlo las autoridades y los ciudadanos, porque al usar la mascarilla y mantener la distancia social no solo cuidas de ti, sino también de todos los que están alrededor.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, advirtió que vienen semanas muy duras para España y Europa. Esta debe ser una llamada de atención para endurecer las normas, porque las medidas implementadas hace casi dos semanas parece no han tenido la efectividad que se quería. Los contagios han aumentado, la positividad es la más alta del país y el número de personas ingresadas en el Comarcal también se ha incrementado. El tiempo corre y Melilla no se puede permitir seguir dando pasos atrás. Es hora de tomar medidas.