Los marroquíes atrapados en Melilla que tenían familiares y amigos en la ciudad fueron acompañados por estos hasta la frontera de Beni Enzar tras la reapertura de esta y se pudieron ver numerosos abrazos y alguna que otra lágrima después de estar seis meses conviviendo juntos. Es el caso de Abdelkrim y Rocío, una pareja formada por un marroquí y una española. Él, que trabaja en Nador, se quedó atrapado cuando estaba visitando a su novia en Melilla. Ella, originaria de Jaén, es estudiante de enfermería en la ciudad y lo acogió en su piso hasta el punto de que ya no pudieron seguir pagando el alquiler. Así pues, un amigo de ellos los acogió en su casa y Abdelkrim está muy agradecido a todos los que le han ayudado durante estos meses. Asegura que cuando supo ayer que podía volverse, han sido 24 horas muy duras en las que se ha despedido de todos e hizo la maleta lo más rápido posible. Ahora ya está al otro lado de la frontera sin saber cuándo volverá a ver a su novia.
Tenemos el privilegio de poder vivir y ser testigos directos de esta clase de historias tan singulares, que difícilmente suceden en otros lugares, y por tanto, son historias de nuestra ciudad; historias únicas con personalidad propia que se incorporan a nuestro acervo común colectivo. Debemos valorar este tipo de historias porque son historias vivas que sin duda ayudan a consolidar una "cultura de ciudad", esto es, una ciudadanía fortalecida y cohesionada bajo una identidad cultural integradora, lo cual es imprescindible, ya que es el único modo de sobrevivir ante un futuro tan incierto.
Veo que siguen en publicar solo lo que os da la gana ,no volveré mas por aquí .
Ese tio un dia vendra y despues de estar contigo te dira que se ha casado con no se quien y que has luego lucas. Querida en el islam no exiate el noviazgo asi que te esta engañando vomo toda esa gente.
Hermosa historia-real- de dos simples personas, como tantísimas otras,que están muy por encima de las estrategias, acciones e intereses ocultos de gobiernos que en ocasiones se encargan de enturbiar el entendimiento y pacifica convivencia de los vecinos de ambos lados y que tradicionalmente nos hemos tratado como auténticos hermanos. Que lejos quedan Madrid y Rabat de Melilla y Nador... .