LAS Ciudades Autónomas de Melilla y Ceuta han solicitado en poco menos de un año la repatriación de más de 400 menores extranjeros no acompañados a su país de origen, Marruecos, y el país vecino no se ha dado por aludido. “Ha dado la callada por respuesta”, asegura el Gobierno central, que así responde a una pregunta parlamentaria impulsada por el grupo de Vox en el Congreso.
La dejación de responsabilidades de las autoridades del país vecino para con los jóvenes que cruzan la frontera en Melilla para intentar, posteriormente, acceder a la península y desde ahí a Europa, no es una novedad, pero no por ello deja de ser escandalosa. También, es sorprendente al indiferencia que demuestra la Administración central, que se da por satisfecha con la no respuesta de Rabat.
En el centro de menores de la Purísima hay 482 menores, 132 más que la capacidad para la que fue proyectado, y además hay que sumar los otros jóvenes que se encuentran distribuidos por los diferentes centros de la ciudad. Los servicios asistenciales de nuestra ciudad hace ya mucho que fueron sobrepasados, están masificados y colapsados, y parece que ninguno de los dos gobiernos nacionales responsables de la situación les importe demasiado como afecta esto a Melilla y al cuidado que reciben los niños tutelados por la CAM.
La falta de interés por parte de Madrid y de Rabat está condenando a estos chavales y además está perjudicando seriamente a Melilla, tanto en el aspecto social como en la carga económica que supone acoger a estos menores. Es preciso que aquellos que representan a Melilla en el Congreso y el Senado y quienes desde la Administración local y Delegación de Gobierno tienen contactos con el Gobierno central, presionen lo necesario para que se de solución a una situación insostenible.