Como todos los meses de julio, Melilla vuelve a exhibir sin complejos y con plenitud la pluralidad que la caracteriza. Por un lado, con la procesión más marinera, la de la Virgen del Carmen, en cuyo honor se seguirán celebrando actos durante todo el fin de semana hasta llegar, mañana domingo, a la solemne ofrenda a los pescadores que perdieron su vida en alta mar. Por otro, con la peregrinación hasta la Zauia alauia de la Palma Santa, lugar santo para muchos creyentes islámicos y tumba del único musulmán que ya se encontraba enterrado en Melilla antes de que se construyera en nuestra ciudad el campo santo musulmán.
El rito sufí de los seguidores de Sied Mohamedi impregnará la próxima madrugada y servirá para dar cuenta de la grandeza de una ciudad capaz de envolverse en sus variadas tradiciones, para gloria propia y ejemplo ante el resto del mundo. La Zauia alauia admite a todo tipo de creyentes, desde el respeto y la fe en Dios. No hay exclusiones, como la procesión a la Reina de los Mares es un símbolo también de pluralismo basado en el respeto. Nuestra bienvenida a los cientos de peregrinos llegados hasta el Cerro de la Palma Santa y nuestra felicitación un año más a todos los hombres de mar y a sus familiares.