Este lunes la asociación TEAMA ha clausurado la primera edición del tradicional campamento de verano que organiza para sus usuarios. La consejera de Educación y Cultura, Elena Fernández Treviñom asistió a la entrega de diplomas y medallas que tuvo lugar en la sede de la asociación en el Cargadero del Mineral. Este es el primer campamento que se realiza TEAMA, y este mismo miércoles comienza el segundo que se desarrollará en esta primera quincena del mes de agosto.
Estos diplomas son un reconocimiento a los niños y niñas de la asociación ya no solo por su participación sino por su resistencia tras perder esa rutina y las dinámicas formativas y terapéuticas debido a la pandemia, según explicó la consejera. "Con esta actividad de verano muy bien ciudadana, y con todas las medidas de seguridad higiénico sanitarias que teníamos que guardar se ha podido llevar a cabo esta actividad de ocio y de recreo para ellos; se han portado estupendamente y la han disfrutado muchísimo me ha contado Susana", comentó Fernández Treviño.
La consejera indicó que el confinamiento ha resultado muy duro para personas que se encuentran en edades dentro de la adolescencia y en el caso de los niños y niñas con características especiales todavía es más duro, así como para sus familias. Por ello, la consejera indicó que ha sido un acierto poder permitir que vuelvan a estas actividades que les devuelvan a esas rutinas y pedagogías que necesitaban; además, esto ha permitido un descanso a las familias en periodo vacacional "que también se merecen los que cuidan".
Por su parte, la presidenta de TEAMA, Susana Morillo, también comentó que que estos campamentos se hacían necesarios para la rutina y la salud física y mental de estos niños y niñas. Aparte de poder proporcionar para proporcionarles un espacio terapéutico y una rutina, se convertían en una necesidad tanto para el usuario como para su familia. Morillo agradeció a la consejera que una año más se haya apoyado este tipo de actividades que se encuentran suscritas bajo un convenio de colaboración con una subvención nominativa, y espera que en años posteriores se siga contando con el apoyo de la consejería para continuar desarrollando estas actividades con estas personas con discapacidad.
Dentro de ese convenio la Ciudad, a través de la consejería de Cultura, Educación, Festejos e Igualdad, aporta unos 17.000 euros y la asociación pone 10.000 euros. Morillo señaló que se contrata a un monitor por usuario y que este año han tenido que reducir el cupo de plazas a unas 50 debido debido al contexto de la crisis sanitaria, ya que han tenido que excluir a los niños con trastornos que estuvieran asociadas patologías cardiacas, respiratorias o que afectan al sistema inmunológico. Además, se ha aumentado el rango de edad.
Asimismo, que realizar unos protocolos específicos adaptados a la idiosincrasia de los campamentos que previamente se establecieron en una reunión con la consejera y con el director general, con un visto bueno previo por parte del consejero de Salud Pública, a fin de confirmar que el campamento se realizadla con todas las garantías sanitarias exigidas. Este año todas las actividades se han realizado en un espacio abierto, en la playa, por lo que tanto los monitores como las familias han tenido que seguir esos protocolos. También han tenido que elaborar grupos más pequeños distribuidos por edades y capacidades, desinfectar todos los materiales que se utilizaban, etc. "Ha sido más trabajo de lo habitual, pero creíamos que era necesario desarrollare estas actividades con ello", indicó.