El sindicato asegura que las dimensiones del nuevo local perjudican la fluidez en el servicio. Además, reprochan que no se hayan cubierto todas las vacantes de verano.
Una par de semanas después de la apertura de la nueva sede de Correos en el barrio del Industrial, los sindicatos han comenzado a denunciar algo sobre lo que ya advirtieron en su día; que las instalaciones son insuficientes para albergar a toda la plantilla que la empresa tiene en la ciudad, compuesta por 75 personas.
Así lo señaló en declaraciones a ‘El Faro’ el máximo representante de Comisiones Obreras (CCOO) en el área, Francisco Veira, quien además agregó que existen una serie de “anomalías” en el interior del inmueble que están perjudicando la calidad del servicio interno que ofrece la empresa al público, sobre todo “a la hora de atender a los usuarios”.
Y es que desde CCOO ya demandaron hace meses que el local debía tener mayores dimensiones para que los trabajadores pudieran desarrollar sus labores con ciertas garantías de calidad, ya que aseguraban “que no cabrían ni la mitad de los empleados que componen la plantilla”. Así, entre los 60 trabajadores que operan en el turno de mañana y los 15 de tarde los problemas “no han tardado en aparecer”, pues la fluidez del servicio “se ha resentido”.
No es la única deficiencia que denunció ayer el dirigente sindicalista a este medio de comunicación, pues también señaló que el reparto está sufriendo ciertos problemas ante la escasez de personal, ya que para la época veraniega “sólo se ha cubierto un porcentaje de las bajas vacacionales”.
Por ello, algunas barriadas de Melilla están viendo como su correo llega con retraso, según apuntó Veira, siendo las zonas más afectadas El Real, las viviendas y comercios anexos a la carretera de Alfonso XIII y los aledaños de la Plaza de Toros. Además, el problema es “especialmente significativo” con los servicios de reparto de paquetería, el cual está teniendo retrasos por toda la ciudad.
Mesa de negociaciones
Al hilo de su intervención, el líder sindical comentó que la Administración del Estado se ha hecho eco de las reclamaciones de los trabajadores de Correos, que iniciaron una serie de protestas por toda España hace varios meses para demandar medidas que garantizasen la supervivencia de la empresa, pues afirmaron que el Ministerio de Fomento debería aumentar las partidas económicas que concede cada año para que no desapareciese el servicio.
“Largas y difíciles”
En este sentido, Veira destacó que las negociaciones apenas han avanzado, pero celebró el hecho de que las protestas hayan servido para que el Gobierno se ponga en contacto con la empresa para comprobar cuál es su situación financiera.
“Serán unas conversaciones largas y difíciles”, añadió, “pero es positivo que, por lo menos, hayan aceptado negociar. No sabremos si este cambio de postura será suficiente, llevamos 16 meses exigiendo tratar varios temas, entre los que destacan cerrar el convenio colectivo”.
Vuelta a las calles
Al hilo, no dudó en asegurar que, de fracasar la vía del diálogo, volverán a iniciar manifestaciones a nivel nacional. En este aspecto, resaltó que es la voluntad de la mayor parte de formaciones sindicales que conformar esta plataforma de protestas, en la cual la gran ausente es la Unión General de Trabajadores. No obstante, matizó que entre las presentes tienen el 75 por ciento de la representación sectorial.
“Buscamos unanimidad de opiniones entre todas las formaciones, estamos decididos a que Correos salga adelante, pues si no cambian las cosas, la empresa corre un serio peligro de desaparecer”, sentenció.