Ayer conocimos que el Gobierno central mantendrá clausuradas las fronteras de Melilla y Ceuta con Marruecos. A pesar de que España abrirá la puerta a una lista de países ajenos a la UE, no será el caso del país vecino a causa de la falta de reciprocidad. Es decir, los pasos no serán transitables hasta que lo sean en ambas direcciones.
Por el momento, Rabat ha decido mantener cerradas sus fronteras debido a la alerta sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus y todo apunta a que al menos así las mantendrá hasta el 10 de julio.
Así, por el momento habrá que esperar a recuperar el transito entre ambos países y una vez se abran las fronteras ver como lo gestiona Marruecos. Ahora mismo, el comercio atípico tiene pocos visos de poder continuar, ya parecía finiquitado antes de la crisis sanitaria y todo apunta a que este cierre de fronteras servirá para dar la puntilla.
Una vez que se recupere esta la ‘nueva normalidad’ en el sentido comercial, sin paso aduanero y sin contrabando, urge más que nunca tomar medidas de calado para paliar el coste que tendrá en la economía melillense. Se trata de una situación que se venía venir desde hace tiempo y ante la que no se puede hacer como el avestruz. En poco tiempo, vamos a sufrir las consecuencias y no parece que existan alternativas para compensar el quebranto económico que va a suponer para la ciudad.
Las opciones que se barajan, desde entrar en el espacio Schenjen hasta que se cree una zona económica especial para nuestra ciudad, pueden ser buenas soluciones en un medio plazo pero la realidad apremia y se necesitan remedios de manera perentoria.
Vamos a sufrir el impacto de la crisis generada por la COVID-19 junto la perdida de parte de la riqueza que se generaba en Melilla a través de la frontera, sumado a que la ciudad no se encontraba en su mejor momento económico. No se puede perder más tiempo. Melilla necesita de cambios estructurales en su economía pero por desgracia su impacto no sería inmediato, tal vez se ha perdido demasiado tiempo y ahora es momento de medidas rápidas y directas. Marruecos ha tomado decisiones soberanas para defender sus intereses, aunque perjudiquen a Melilla y Ceuta, por lo que ahora le toca a nuestro Gobierno moverse para subsanar la situación a la que nos hemos visto avocados. No se puede seguir esperando, hay que reaccionar ya.