La oposición criticó un aval cercano a 500.000 euros para el Plan de Competitividad.
El segundo asunto tratado ayer en el Pleno no estuvo exento de polémica pues los ánimos ya venían caldeados. En este caso fue la autorización de la prestación de aval de la primera prórroga para la primera anualidad del Plan de Competitividad Turística ‘Melilla, la España Africana’ a favor de Turespaña por un importe de 470.408 euros.
El Grupo Socialista abrió el turno de intervenciones cuyo portavoz, Dionisio Muñoz, criticó “la alegría” con la que el Gobierno local invierte partidas económicas en iniciativas como, por ejemplo, un lubro ‘Érase una vez Melilla La Vieja’ con un coste de 36.000 euros; otros 15.600 para la edición de un almanaque “con errores y eso que son doce hojitas nada más” o los casi 12.000 euros en elaborar un perfume llamado ‘Esencia de Melilla’. Aunque la palma de estas partidas se la lleva, según dijo, una empresa privada que “sin concurso público y sin competencia” se llevó 59.000 euros para realizar acciones formativas. Es el caso de la empresa Turitel, según dijo Muñoz, “una empresa bajo sospecha” por la relación con el viceconsejero del área, Javier Mateo. Por ello, aseguró que pedirá todo el expediente relacionado con el Plan de Competitividad.
En los mismos términos se expresó el diputado cepemista, Abdelrrahim Sellam, quien además pidió explicaciones sobre si este aval se había hecho efectivo puesto que su autorización debió hacerse el pasado 6 de mayo a lo que el portavoz del Gobierno local, Daniel Conesa, apuntó a que se había producido un simple retraso en la tramitación.
En este sentido, Conesa aseguró que este proyecto fue adjudicado públicamente en una Mesa de Contratación, donde existe representación del Estado, por lo que razonó que “van a votar una medida de la cual el Gobierno central, es decir, su propio partido –dirigiéndose al líder socialista– aprobó y apoyó”. Por ello, dijo no entender las dudas de socialistas y cepemistas sobre la adjudicación a la empresa Turitel: “¿Qué pasa? ¿Es que no se fian de los suyos, de los de su propio partido?”.
Así, Muñoz argumentó que su única intención es “poner en duda los gastos que no sirvan para el fin que tienen” teniendo en cuenta además, refirió, que la deuda por habitante en Melilla asciente a más de 1.200 euros y, por ello, “estamos en el deber de preguntar si ese dinero se está invirtiendo correctamente”.
No obstante, el diputado cepemista dio un paso más allá que Muñoz y afirmó que el Gobierno local estaba “despilfarrando” el dinero de “todos los melillenses” y que lo único que solicitan desde la oposición es que “justifiquen lo que gastan sabiendo el objetivo de cada actuación y la rentabilidad que tienen para los ciudadanos”.
El turno de réplicas lo cerró el portavoz popular criticando que la línea de trabajo de los grupos de la oposición sea “el de mentir hasta que se creen sus propias mentiras y lo único que hacen es el ridículo”. Así, una vez más afirmó que la autorización de este aval por un valor cercano a 500.000 euros se debe exclusivamente a que es “el Estado el que nos lo pide”. Argumentos que no convencieron a la bancada socialista ni cepemista quienes votaron en contra de tal autorización salvándose gracias únicamente a los votos favorables del Grupo Popular.