En los primeros 15 días del estado de alarma la criminalidad disminuyó en Melilla un 57,3%, según datos de Interior que compara las infracciones penales registradas con el mismo periodo de tiempo de 2019. Así lo indica un comunicado de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior que analizó la evolución de la criminalidad en este tiempo y la incidencia que ha tenido la declaración del estado de alarma.
Melilla registró 96 infracciones penales desde el 14 al 31 de marzo de este año, fechas en las que se había decretado el estado de alarma; mientras que en el mismo periodo de tiempo de 2019 contabilizaba 225. Estos datos se traducen en una disminución de la criminalidad de 57,3 por ciento en la ciudad, que es la cifra más baja de todo el país.
En la ciudad hermana de Ceuta, la reducción de la criminalidad en los primeros 15 días del estado de alarma fue mayor, alcanzó una baja de 69,5 por ciento. Registró 68 infracciones penales frente a las 223 que se contabilizaron en el 2019.
La Comunidad Foral de Navarra fue la segunda localidad donde menos se redujo el índice de criminalidad, un 64,3 por ciento. Según las cifras recogidas por el Ministerio del Interior en 2019 registraron 919 infracciones penales y en 2020 fueron 328.
En el país, la criminalidad descendió un 73,8 por ciento entre el 14 y el 31 de marzo, la primera quincena de vigencia del estado de alarma por el coronavirus, en comparación con el mismo periodo del año pasado, dos semanas que han dejado un perfil del delincuente: hombre, español y de entre 18 y 40 años.
Este es el balance del análisis de los datos recopilados por la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior para conocer la incidencia que ha tenido el estado de alarma en la criminalidad.
Un informe que ha tenido en cuenta las actuaciones de Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Foral de Navarra y aquellos cuerpos de Policía Local que habitualmente facilitan datos al sistema.
Sin embargo, las estadísticas de Ertzaintza y Mossos d'Esquadra no están reflejadas, ya que no llegaron a tiempo, según informa el Ministerio del Interior.
Desde el inicio del estado de alarma se registraron 19.656 infracciones penales, lo que supone una reducción de un 73,8 por ciento respecto al mismo periodo de 2019, cuando se contabilizaron 75.089.
Pero por quincenas, el informe refleja que en las dos primeras semanas de marzo se registraron 61.347 infracciones penales, un 8 por ciento más que en ese mismo periodo de 2019. Una evolución que seguía la tendencia habitual del año.
Sin embargo, el decreto del estado de alarma, incluso unos días antes, hizo cambiar el sentido de la curva, que ya dibujó una línea descendente los días 21 y 22 de marzo.
Por localidades
Por territorios, Madrid, donde la crisis de la COVID-19 ha sido más visible, registró la reducción más acusada en los delitos, con un descenso del 84,1 por ciento, por delante de Aragón (-78,2 por ciento), Asturias (-75,9 por ciento) y Comunidad Valenciana (-75,6 por ciento).
Según los datos de Interior, este descenso se ha notado con mayor intensidad en los núcleos urbanos más poblados y en los que la presencia policial ha sido más evidente.
En las ciudades de más de 100.000 habitantes, la reducción de la criminalidad ha sido de un 79,7 por ciento.
Por tipologías, son los delitos de odio (73,1 por ciento) los que presentan mayor caída, seguidos de las infracciones contra la seguridad vial (57,1 por ciento) y el tráfico de drogas (49,8 por ciento).
Los delitos patrimoniales, que habitualmente constituyen el 75 por ciento de las actuaciones de las fuerzas de seguridad, también descienden en conjunto en un 81,2 por ciento.
Dentro de esta tipología, las estafas (89,6 por ciento), la ocupación de inmuebles (79,7 por ciento) y las sustracción de vehículos (69,9 por ciento) son los apartados donde más bajan las actuaciones.
Con el estado de alarma también se ha modificado el peso de los distintos delitos patrimoniales, donde las estafas y los robos con fuerza han cobrado más protagonismo. No obstante el informe no da cuenta del desglose de estos delitos por ciudad y comunidad autónoma.
El perfil de las víctimas de delitos tras el estado de alarma es un hombre de entre 41 y 50 años y en el caso de las mujeres de entre 31 y 40 años.
Tras la declaración del confinamiento se ha incrementado en un 519 por ciento las detenciones relacionados con resistencia y desobediencia a la autoridad en los controles de cumplimiento instalados por toda España.
El perfil tipo de la persona detenida e investigada durante el estado de alarma por cualquier causa es el de un hombre comprendido en los grupos de edad de 18 a 40 años y de nacionalidad española.
La frontera está cerrada. Quienes culpaban a Marruecos (Imbroda y cía) han quedado, una vez más, retratados.