EL pasado jueves hubo una conversación telemática en la que participaron la consejera de Hacienda de Ceuta y la secretaria general de Financiación Autonómica, la número dos de la Secretaría de Estado de Hacienda. Y la responsable de las cuentas de la ciudad hermana no recibió una respuesta nada esperanzadora a las necesidades de Ceuta y el pago de los ingresos pendientes que tiene el Gobierno central con la ciudad.
No hay visos de que Madrid pague, al menos en un corto plazo, a Ceuta las subvenciones nominativas que han quedado pendientes y todo hace pensar que Melilla recibirá la misma respuesta.
En el caso de Ceuta, el monto es de 7,2 millones de euros pero en el caso de nuestra ciudad la cifra es de casi 15 millones.
Después de escuchar ayer a la consejera de Hacienda, Dunia Almansouri, desgranar los perniciosos efectos que va a tener para la ciudad la crisis económica que vendrá tras la pandemia de coronavirus, que Melilla reciba este dinero que se le adeuda se hace más que necesario, imprescindible. Además, no se trata de un regalo o una prebenda, son unos fondos que por derecho tienen que estar en la ciudad.
Es preciso que se llegue al Gobierno de la Nación con una voz clara y rotunda y que se defiendan los derechos de los melillenses. Ya sea a través del Gobierno local, de la Delegación de Gobierno o de los representantes de la ciudad en el Congreso de los Diputados y el Senado, hay que hacer ver en Moncloa de la necesidad imperante de que se cumpla con este compromiso de pago. Ahora, lo importante es Melilla y todas las fuerza políticas deben ponerse hombro con hombro en la defensa de la ciudad. Nos jugamos nuestro futuro.