Los propietarios de mascotas estaban encantados con que se haya recuperado la tradición de bendecir a los animales por San Antón. Algunos recuerdan como hace años se organizaba en el Parque Hernández e iba allí el sacerdote a echar agua bendita sobre sus animales. Pero se había perdido esa tradición, aseguraron.
El vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, ha querido recuperar esta bendición y en la misa de las 20:00 horas ya había perros con sus dueños escuchando la eucaristía, algo que también sorprende porque no suele entrar las mascotas a la iglesia.
En la puerta, un gran número de mascotas eran llevadas por sus dueños para esperar a la bendición. Resa pidió a los presentes que hicieran una cola y uno por uno fueron pasando para recibir el agua bendita. Había perros que recibían con agrado esas gotas y otros que protestaban y se revolvían en los brazos de sus amos.
Rosa iba con la esperanza de que el Espíritu Santo y San Antón den algo de tranquilidad a Nicolás, un bulldog francés que es un poquito revoltoso.
En la cola también estaba María Eugenia con su perrita Iris, un yorkshire de cinco años. Iba a ser la primera vez que la bendecían.
Golfo es otro de los perros que tuvo que esperar para ser bendecido junto a su dueña Paqui.
Juanma y su mujer llevaron a Ripe también siguiendo la tradición cristiana de bendecir a las mascotas por San Antón. “Ellos también son hijos de Dios como nosotros”, dijo Juanma que indicó que Ripe ya tiene cuatro años y le tocaba pasar por aquí para ver si así tiene un buen año.
Ana destacó que este año se han enterado de que bendecían a las mascotas y, junto a su madre, han llevado a Carrie, su perrita, muy bien preparada para ello.