La comunidad cristiana celebra una de las fechas más importantes, el nacimiento del niño Jesús. Este es un tiempo en el que se llama a la reflexión, a pensar en las acciones hechas durante el año, las buenas y las malas, pero también para sumar en una lista las tareas pendientes, lo que queda por hacer.
Melilla es una ciudad multicultural, donde se entremezclan las religiones, prevalece el respeto y la convivencia. Esa que se debe mantener a lo largo del tiempo porque aporta una riqueza sin igual a esta ciudad española en el norte de África.
Para muchos, el día de Navidad es una fecha de celebración en familia, de unión, de encuentro, de reencuentros y de compartir. Quienes están solos en la ciudad, por ser foráneos, son acogidos en las casas de muchos melillenses quienes les brindan su hospitalidad para celebrar la festividad, y así evitar extrañar un poco menos a los que lejos están.
El día de Navidad no es solo para abrir obsequios, también debe ser un tiempo de reflexión, de analizar los pasados 365 días del año y establecerse metas para el nuevo año que vendrán. También para enseñar a los más pequeños las tradiciones, inculcarles valores y para tender una mano al más necesitado.
Esta fecha de encuentro y de unión familiar debe prevalecer, pero siempre con respeto. La reflexión es individual, pero también hay que pensar cómo afectarán las acciones a quien se tienen al lado.