“El Gobierno ha ido a lo fácil”, afirma, pero esto es “injusto y supone el incumplimiento de un acuerdo firmado en septiembre”
El secretario general de UGT-Melilla, Alonso Díaz, subrayó que la huelga sectorial del próximo 8 de junio “es un paro general que ha provocado el Gobierno, sin dejarnos otra alternativa”, a la vez que señaló que se trata de una huelga, “por la dignidad del empleado público y por la solidaridad”.
En un comunicado de prensa, Díaz reiteró el apoyo total de toda la organización sindical a la huelga general de empleados públicos que, junto a otros sindicatos, han convocado las federaciones de servicios públicos y de enseñanza de UGT y afirmó que es una cuestión de “dignidad. Si paramos, les paramos”, subrayó.
Para el dirigente de UGT-Melilla “el Gobierno ha ido a lo fácil, recortando las retribuciones de los empleados públicos”, pero esto es, según sus palabras, “injusto y supone el incumplimiento de un acuerdo firmado el pasado septiembre”.
El secretario general de UGT-Melilla recordó que hay que combatir el déficit pero que se debe hacer “de una manera más justa, repartiendo de forma equilibrada los sacrificios a través de la política fiscal o luchando contra la economía sumergida”.
En este sentido, aclara que “con que sólo hubiera aflorado la quinta parte de la economía sumergida a través de la lucha contra el fraude fiscal se hubiera podido resolver la problemática del déficit, sin cometer este atropello flagrante en términos sociales y en términos de cumplimiento de acuerdos”.
Huelga general
Además de su apoyo a esta manifestación convocada por los sindicatos de Enseñanza, Díaz advirtió en días pasados que su formación convocará una huelga general si nos tratan de imponer una reforma laboral que atente contra los derechos de los trabajadores.
“El Comité Confederal ha mandatado a la Comisión Ejecutiva Confederal a que, ante esa situación, proceda, junto a CCOO, a la convocatoria de una huelga general”, señaló el sindicatilista tras su participación en el Comité Confederal de UGT que se celebró en Madrid a finales de la semana pasada.