El instituto Rusadir fue el segundo en pisar el escenario del Palacio de Exposiciones y Congresos dentro de la categoría de Secundaria con la obra ‘Farsa y justicia del Corregidor’.
La directora de la obra de teatro, Cristina Veira, explicó que los objetivos de esta actividad son que los alumnos se familiaricen con el teatro, que aprendan a trabajar en equipo y se involucren en actividades culturales.
La experiencia que se extrae de la representación de esta obra es “muy buena”, según comentó Veira y se debe a que “los alumnos han estado muy ilusionados con el proyecto”.
Así, “realizan una actividad divertida y les supone también una superación personal ya que aprenden su papel en la obra, la terminología del teatro, literatura, y a convivir con otros compañeros”, indicó Veira.
En este sentido, comentó que puede parecer al principio que “esta actividad no requiere de mucho esfuerzo, pero lleva mucho trabajo y se necesita motivación”.
Elección del texto
No es la primera vez que ha dirigido a un grupo de teatro, en concreto los trece alumnos pertenecen a la optativa de teatro que oferta el centro docente. Los niños comprenden edades entre los catorce y 16 años y también, han colaborado con la realización del decorado, un proceso en el que ha estado inmerso el departamento de Educación Plástia, el taller de imagen personal y el de maquetería.
Por otro lado, la directora de la obra comentó que fue difícil encontrar un texto donde el vocabulario fuera sencillo por lo que presentó varias ideas a los alumnos quienes fueron los que eligieron finalmente la obra ‘Farsa y justicia del señor Corregidor’.
Este grupo de alumnos lleva ensayando desde inicios del curso escolar, aunque han tenido que sacar tiempo por las tardes para que las dos horas habituales de ensayos fueran más con el objetivo de presentarse al certamen de teatro y realizar el decorado de la obra.
Resumen de la obra
El posadero y gran cocinero del pueblo, Juan Blas, prepara al Corregidor y su secretario una suculenta comida repleta de buenos manjares. Pero debido a la mala fortuna del pobre posadero y a la picardía del deshonesto Corregidor, se verá envuelto en una serie de acusaciones de varios personajes. Así, un cazador le recrimina el robo de un cervatillo, un peregrino la rotura de unas costillas, el sastre el parto de su mujer y el leñador la rotura del rabo de su burro.
De esta forma, el Corregidor intentará librar a su querido cocinero anteponiendo su gula y ansias de comer a la verdad y la justicia que se le supone por el cargo.