En su mitin del 1 de Mayo, el sindicato melillense pidió “mano dura y tolerancia cero contra aquellos que se aprovechan de los trabajadores en tiempos de crisis”
Como viene siendo costumbre desde hace décadas, el sindicato con mayor representación en Melilla, la Unión General de Trabajadores, celebró el 1 de Mayo, en esta ocasión reivindicando a ambas administraciones que establezcan medidas de urgencia contra el desempleo, cuyas cifras en Melilla no dejan de crecer un mes tras otro. Así, en un enardecido discurso, el líder de los ugetistas, Alonso Díaz, recordó que una jornada como la de ayer, Día Internacional del Trabajo, debía servir como base para exigir un mundo “igualitario y en el que todos tengan derecho a un trabajo digno”.
La sombra de la crisis y del desempleo estuvo presente durante todo el acto que el sindicato organizó a la entrada de su sede. Por tanto, el dirigente ugetista no dudó a la hora de exigirle a a Ciudad Autónoma y a la Delegación del Gobierno “que se pongan las pilas”. En el caso en concreto del Ejecutivo central, les conminó a aumentar la inversión en materia de transporte, Formación Profesional y Educación como principales vías para reactivar la creación de puestos de trabajo. En cuanto a la Administración autonómica, instó a que dejen de lado “los gastos innecesarios y fuera de lugar”, así como que busquen consenso y espacios de diálogo social con el fin de encarar un nuevo sistema de modelo económico en Melilla.
Inspección de Trabajo
Muy crítico se mostró Díaz con “los que se aprovechan de los trabajadores en tiempos de crisis”, por lo que pidió “mano dura y tolerancia cero” con las economías sumergidas que se dan en la ciudad. “Es una realidad que, por desgracia, está muy presente en Melilla, y que afecta especialmente a aquellos que tienen que aceptar que se les explote laboralmente por pura necesidad de trabajar”.
Por ello, demandó un aumento de recursos humanos y materiales para mejorar la Inspección de Trabajo en la ciudad, la cual considera como “herramienta fundamental” para hacer aflorar las economías sumergidas.
Defensa de las pensiones
También hubo tiempo para defender el sistema de pensiones, así como para rechazar de manera tajante cualquier intento de retrasar la edad de jubilación.
Bajo esta premisa, Díaz aseguró que los problemas económicos que presenta España no proceden de las pensiones, sino “de los sistemas financieros, de los especuladores”, por lo que hizo un llamamiento a la Administración de José Luís Rodríguez Zapatero para que “sea a ellos a quienes se les aplique el bisturí, y no a los trabajadores”.
“Seguimos apostando por el Pacto de Toledo como instrumento al que se debe reconducir el debate sobre el futuro de la Seguridad Social y las pensiones, y donde consideramos que es imprescindible la participación de los agentes sociales en el Diálogo. Y es necesaria esta participación para que las reformas no impliquen un recorte de derechos de los trabajadores y contribuyan a asegurar el sostenimiento del Sistema Público de Pensiones”, añadió.
Una ciudad “más sostenible”.
Al hilo de su discurso, el líder sindicalista hizo referencia a la “necesidad” que tiene Melilla de adoptar un modelo de ciudad más sostenible. En este sentido, apuntó a la gran cantidad de vehículos que circulan por las calles como uno de los principales problemas, por lo que no dudó en invitar a los melillenses a que reivindiquen cívicamente alternativas, como un transporte público más eficiente e incluso la creación de un carril bici.
“Acciones como las que proponemos frenarían el cambio climático, mejorarían la salud personal, proporcionarían un estilo de vida activo, la calidad del entorno, así que no nos queda más que apostar decididamente por un cambio de hábitos de movilidad entre los melillenses”.
Por último, también tuvo palabras para los miembros de su sindicato, a los que agradeció su labor por haber hecho de la UGT “un referente de los derechos laborales en Melilla”, y prometió a los afiliados seguir trabajando en pos de lograr mayores beneficios sociales mediante la negociación colectiva, como el de aumentar el salario mínimo hasta los mil euros.
Puño en alto
Así, y ya con el puño en alto al son de La Internacional, se cerró un año más el acto del Día Internacional del Trabajo que, al igual que ocurrió en 2009, tuvo a la crisis económica como desgraciada protagonista.