Cincuenta años, toda una vida, dedicado a la defensa de trabajadores le han valido a este insigne sindicalista e ingeniero de los derechos sociales el premio ‘Primero de Mayo’ de este año con total merecimiento.
Cerca de medio siglo es el tiempo que José Torres Vega lleva dedicado a la lucha de los derechos de los trabajadores. Una lucha que comenzó allá por el año 1963 en Granada, cuando los movimientos universitarios por la democracia comenzaban a organizarse y los sindicatos verticales perdían toda credibilidad ante la opresión del régimen. En todos estos años, Pepe Torres, como cariñosamente se le conoce en Melilla, no ha dejado de practicar sus dos pasiones; la defensa de los trabajadores y la medicina. Con el premio 'Primero de Mayo' le llega un merecido reconocimiento a toda una trayectoria humana y profesional, en la que se convirtió en testigo privilegiado de la transición democrática en Melilla y en uno de los fundadores del Partido Socialista a nivel local. Hoy, en 'El Faro', charlamos con tan insigne sindicalista sobre su galardón, pero también acerca de la crisis que atraviesa España, el desempleo, el franquismo, la llegada de la democracia y los cambios sufridos en el movimiento obrero.
Día Internacional del Trabajo
- El galardón, como su nombre indica, se entrega coincidiendo con el Día Internacional del Trabajo. ¿Cómo afronta este año el 1 de mayo en vista de las cifras del paro que azotan España y con especial virulencia a Melilla?
- Con un doble sentimiento. Por un lado, con frustración al ver los índices de desempleo, pero por otro con el convencimiento de que hay que ser más reivindicativos que nunca. Hay que salir de la crisis económica y volver a los anteriores niveles de creación de empleo, pero todo ello sin perder ni uno sólo de los derechos laborales que se han conseguido durante la democracia, ni un sólo logro social.
- Es de suponer que tras una vida entregado a la lucha de los trabajadores considere que los sindicatos tienen mucho que decir a la hora de solucionar la crisis.
- Efectivamente, es tiempo de defender más que nunca el empleo como principal medio para acabar con esta situación económica, pero también para plantear un cambio de modelo que asegure que esto no se volverá a repetir. Las crisis son cíclicas, pero está demostrado que hemos caído en ésta por culpa de un sistema basado en el ladrillo y no debemos permitir que vuelva a suceder.
Los primeros años
- Lleva desde 1963 integrado en la lucha sindical, fue uno de los fundadores del PSOE en Melilla y, además, uno de sus primeros secretarios generales. ¿Cómo vivió la transición en la ciudad?
- Para ser sinceros, siempre pensé que la llegada de la democracia sería muchos más complicada, pero había hambre de libertad. Por supuesto fue una tarea difícil, pero de no ser por el apoyo de la gente se hubiera convertido en imposible. La clave fue que el pueblo tenía ganas de democracia.
- ¿Por qué ese salto del Partido Socialista a la Unión General de Trabajadores, del ámbito político al sindical?
- Ahora que vuelvo la vista atrás, no sé diferenciar una labor de otra. Eran tiempos en los que había que asentar la democracia en todos los ámbitos, en todos los frentes, así que la UGT se convirtió en correa de transmisión del PSOE y viceversa.
- ¿Ha cambiado mucho la tarea de los sindicatos desde aquellos primeros años hasta nuestros días?
- Lo único que ha variado es una cosa; los medios. Cuando me uní al movimiento la lucha estaba en las calles, era una época difícil en la que había que actuar en clandestinidad, pero con la llegada de la democracia pudimos sentar unas bases que son en las que se apoyan hoy día los sindicatos. Bien es cierto que tuvimos que romper muchísimos tabúes entre el pueblo, ya que todo el mundo estaba acostumbrado a los sindicatos verticales, herramientas del régimen franquista. Pero como he dicho antes, había ganas de libertad, y la gente captó y aceptó nuestras ideas rápidamente. Partiendo de esos cimientos, el objetivo sigue siendo el mismo; garantizar los derechos sociales y laborales utilizando las herramientas que la democracia nos ha otorgado.
Premio Primero de Mayo
- Para finalizar, ¿cómo ha recibido el galardón después de tantos años dedicado al movimiento obrero?
- Me lo he tomado como un broche de oro a toda mi trayectoria. Además, me ha hecho recordar viejos tiempos y a aquellos compañeros que estuvieron a mi lado y se quedaron en el camino. Es por ello que me gustaría dedicar este premio a todos aquellos que compartieron mi vida y que hoy no pueden estar aquí, así como al juez Baltasar Garzón, por su magnífica labor para que los crímenes del franquismo no caigan en el olvido.