El sindicato agasajó a los ganadores de este año, Maribel de Hoyos y José Torres, con un acto en el que se repasaron sus trayectorias en la defensa de los derechos laborales.
Dos luchadores en la defensa de los derechos laborales recibieron en la mañana de ayer un merecido homenaje a menos de dos días de que recojan el premio ‘Primero de Mayo’ que la Unión General de Trabajadores (UGT) de Melilla otorga anualmente. Así, José Torres y Maribel de Hoyos comparecieron ante los medios de comunicación locales en el Parador Pedro de Estopiñán acompañados del secretario general ugetista, Alonso Díaz y de la cúpula de la formación sindical para agradecer a sus compañeros el galardón otorgado.
Una vida de lucha
No faltó un repaso a la carrera de tan insignes militantes de la UGT, que comenzaron su trayectoria sindical cuando estos no estaban ni tan siquiera legalizados. El más veterano en la defensa de los trabajadores, José Torres, comenzó su andadura al integrarse en la lucha por la democracia en el año 1963, convirtiéndose en testigo y actor de los años de la dictadura y de la transición en Melilla. Tan sólo catorce años después, se convertía en uno de los fundadores del Partido Socialista en la ciudad, del que fue secretario general durante tres años.
“Al volver la vista atrás no distingo entre el partido y el sindicato”, apuntó Torres, “ya que uno era la correa de transmisión del otro en la lucha por la democracia”. Al hilo, no dudó en dedicar el galardón “a todos los que se quedaron en el camino”, y al juez Baltasar Garzón, “por su determinación a la hora de defender la Memoria Histórica”.
Por su parte, Alonso le definió como una persona “con una humildad exquisita”, y una trayectoria intachable en su vida sindical y laboral, ya que Torres lleva ejerciendo años la medicina.
La primera mujer
En cuanto a De Hoyos, se convierte por méritos propios en la primera mujer que recibe el ‘Primero de Mayo’. “Debería haber muchas personas como Maribel en el sindicato”, apuntó Alonso, quien se deshizo en elogios hacia su persona. “Su colaboración siempre ha sido entrañable, desinteresada y servicial”, añadió al tiempo que recordaba que militó cerca de 20 años en la Federación de Enseñanza de la UGT y que en la actualidad dirige el área de Servicios Sociales.
No en vano, ella misma se define como rebelde, y afirma que se interesó por la lucha sindical al ser despedida de manera improcedente cuando contaba sólo con 14 años. “Siempre me he negado a que me explotaran laboralmente, y en busca de cuales eran mis derechos comencé a integrarme en los sindicatos”, afirmó.
En cuanto al premio, no le restó más que confesar lo gratificante que le resultaba recibirlo, máxime cuando el sindicato en su totalidad decidió otorgárselo. Será mañana, a las puertas del Día Internacional del Trabajo, cuando estos dos veteranos luchadores puedan alzar merecidamente sus galardones.