La Plaza Multifuncional de San Lorenzo se convirtió durante toda la mañana en escenario de diversas maniobras para preparar a la ciudad ante una amenaza de este calibre.
Pasadas las 10:00 horas, una llamada al número de emergencias 112 alertaba sobre una detonación en la Plaza Multifuncional de San Lorenzo, donde se podía observar como una intensa columna de humo blanco se elevaba al cielo desde la zona. Ante el aviso, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas y técnicos sanitarios del Ingesa acudían rápidamente al lugar de los hechos para hacerse cargo de la amenaza y atender a posibles heridos.
Así fue como se inició en la mañana de ayer un ejercicio de actuación para evaluar la capacidad de respuesta de la ciudad sobre posibles amenazas terroristas con armas Nucleares, Radiactivas, Biológicas y Químicas (NRBQ) y que se saldó con un rotundo éxito, según sus participantes.
El comisario jefe de la Unidad de Coordinación Operativa Territorial de Melilla, Miguel Vaquero, analizó el simulacro ante los medios de comunicación locales y no dudó en calificar la ejecución del ejercicio como muy positiva, ya que todo se desarrolló según los esquemas planteados.
Por tanto, quedó comprobado que el tiempo de respuesta de las distintas unidades de seguridad había sido óptimo y que la coordinación entre cuerpos se produjo de manera favorable. No obstante, ahora comienza un periodo de análisis, tal y como añadió Vaquero, ya que el objetivo es estudiar y corregir las posibles imperfecciones para mejorar las actuaciones en caso de amenaza real.
“Todos los participantes han desarrollado su papel a la perfección”, agregó el comisario jefe con satisfacción. “El cronograma que se había establecido para las actuaciones se ha cumplido como estaba previsto, por lo que la valoración del ejercicio es altamente satisfactoria”.
Tiempos y participación
Al hilo de su intervención, Vaquero recordó que en la maniobra de simulación habían participado integrantes de la Policía Local y Nacional, Guardia Civil, Cuerpo de Bomberos, Fuerzas Armadas y técnicos sanitarios del Ingesa; todos ellos con el adiestramiento y la preparación necesaria para hacer frente a una amenaza de índole química o bacteriológica.
Entre 80 y 100 personas intervinieron en las maniobras, entre las que se incluyeron a varias que representaron el papel de heridos, durante cerca de dos horas, momento en el que se declaró el riesgo controlado.
Y en mayo, un tsunami
Tras la prueba de ayer, Melilla vivirá otro simulacro el mes que viene, en este caso para determinar y comprobar los protocolos de actuación en caso de que un terremoto en el Mar de Alborán provocara un tsunami.
A tal efecto, un contingente de más de 150 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME) procedentes de la base de Sevilla se desplazará a la ciudad acompañados de 40 vehículos para realizar maniobras de prueba durante los días 3, 4 y 5 de mayo.
Durante la primera jornada, se realizará una simulación de rescate de altura en los acantilados de Aguadú, ya que en caso de producirse una ola gigante entraría por dicha zona.
El segunda día se practicará una actuación en un edificio derruido en los antiguos acuartelamientos militares de Santiago y Gabriel de Morales, así como otro rescate en la desembocadura del río de Oro en el que se pondrá en práctica una extractora de lodo de la UME capaz de evacuar hasta 5.000 litros por minuto.
Como colofón, los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias se emplearán a fondo en la construcción de un puente en el tramo de cauce que discurre cerca del Jardín Valenciano, ya que el resto podrían quedar destruidos a causa del tsunami.
Hay que destacar que, además de movilizar a 150 integrantes de la UME, también participarán en las maniobras de simulación las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado situadas en la ciudad.
Por tanto, en escasos días Melilla vivirá dos simulacros que la ponen al día en cuanto a prevención de catástrofes, naturales o creadas por la mano del hombre, se refiere.