La Orquesta Sinfónica Ciudad de Melilla llevó ayer el concierto ‘Diferencias y Contrastes Orquestales’ al Teatro Kursaal Fernando Arrabal. Dirigidos por la batuta de Ángel Lasheras, los presentes tuvieron la oportunidad de asistir a un ecléctico concierto que se mueve entre la sutileza de la flauta solista y la grandeza y espectacularidad del romanticismo de Rossini.
El espectáculo que acogieron ayer la tablas del Kursaal comenzó con el Preludio de ‘La Revoltosa’ de Ruperto Chapí, considerada junto con La verbena de la Paloma, como una de las obras cumbres del género chico. A continuación la Orquesta Sinfónica Ciudad de Melilla interpretó ‘Ungarische Fantasie Op. 2’, de J. Andersen, una pieza para flauta solista, con la interpretación de Manuel Oliver Carreras Verdugo.
La primera parte del concierto cerró con con la interpretación del Vals de ‘La Bella durmiente’ de P. Tchaikovsky Tras el descanso, dos obras pusieron el punto y final a este magnífico concierto.
Para comenzar, la ‘Obertura de Guillermo Tell’ de G. Rossini. Por último, la velada musical se despidió de la mano del mexicano Arturo Márquez y su ‘Danzón nº 2’, una obra para orquesta sinfónica relativamente joven que fue estrenada el 5 de marzo de 1994.