El consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, informó ayer de que los siniestros con víctimas han descendido casi un 41 por ciento entre 2015 y 2018 .
Se trata de una excelente noticia para la ciudad, los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre aquellas que son evitables por lo que deberíamos felicitarnos de que las carreteras de Melilla sean hoy más seguras que hace tres años.
De todas formas, aún queda mucho por hacer. Hay vehículos que circulan a velocidades superiores a lo permitido por la ley y que algunos conductores respeten la preferencia de los peatones en los pasos de cebra sigue siendo una asignatura pendiente.
La conversión de Melilla en una ciudad 30 será un paso importante para lograr disminuir aún más el número de siniestros, o al menos que no sean tan peligrosos como si se produjeran a velocidades más elevadas. Además, servirá para incentivar el uso del servicio público de transportes y otros medios alternativos menos nocivos con el medio ambiente, como la bicicleta. El aire de Melilla agradecerá que se disminuya la contaminación que expulsan los vehículos de motor a la atmósfera y todos respiraremos mejor.
Se han dado pasos importantes para hacer de nuestras carreteras un espacio más seguro y se deben seguir dando.