Todo apunta a que el próximo verano ya contaremos con dos playas más, la recuperada de Horcas Coloradas y la aledaña resultante de los sedimentos que afloraron con la construcción, por parte de la Ciudad Autónoma, del nuevo vertedero controlado de escombros.
La recuperación del llamado litoral norte de Melilla ha sido posible gracias al empuje que el Gobierno local quiso dar al proyecto y a la colaboración, no exenta de pegas y conflictos, por parte de a Administración central.
Una obra milemillonaria, entre la construcción del vertedero y las aportaciones de las arcas locales y nacionales que, no obstante, servirá para crear nuevas zonas de esparcimiento en Melilla, lo que sin duda resulta del todo necesario teniendo en cuenta nuestras limitaciones de espacio y el crecimiento urbano de la ciudad, en beneficio del ladrillo, a veces en exceso.
La próxima semana habrá un encuentro para hacer posible la coordinación necesaria que haga posible la apertura de las nuevas playas para el próximo verano. Esperemos que el diálogo se imponga y que no haya nuevas disputas en torno al mismo proyecto.