Si algún día pasean por Melilla La Vieja, alcen la vista a las paredes de sus edificios y fíjense si en algunas de ellas encuentran una placa de barro en la que se indica que allí hubo una tefilot, es decir, la palabra que usan los judíos melillenses para referirse a una sinagoga. Hay tres de estas indicaciones en El Pueblo desde ayer. El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, la presidenta de la Fundación Melilla Monumental, Maribel Pintos, y el presidente de Mem Guímel, Mordejay Guahnich, fueron los encargados de descubrirlas.
Se trata de un proyecto de esta asociación melillense que pretende dar a conocer y estudiar a la comunidad judía de la ciudad. Hace unos años, en 2012, Guahnich pidió a la Fundación Melilla Monumental poder instalar esas placas para que todos los turistas y melillenses conocieran esta parte de la historia.
Subrayó que Melilla fue la primera ciudad a donde regresó la comunidad hebrea, donde se construyó la primera sinagoga, cementerio, barrio hebreo y colegio, tras la expulsión de España por parte de los Reyes Católicos. De ahí que sea tan relevante no sólo indicar el lugar de esos espacios de culto de hace dos siglos, sino también dar a conocer esa realidad.
El presidente de Mem Guímel explicó que los judíos llegaron a Melilla en 1874. “Desde entonces han apostado por impulsar la ciudad, el comercio y la demografía”, aseveró. En este sentido, comentó que ahora el museo sefardí, que está dentro del Museo de Las Peñuelas, contará con un complemento con estas placas.
Hubo hasta 23 sinagogas en nuestra ciudad, aunque ahora hay seis y otras dos donde también se ubican lugares de estudio.
En cuanto a las placas, Guahnich comentó que se han puesto tres nombres para que cualquier judío del mundo entienda que son espacios de culto, como son tefilot (que significa oración y es la palabra que usa para sinagoga en Melilla), sinagoga (en hebreo) y ‘betaquene’ (en griego).
La historia de los templos
Por otro lado, se ha añadido el nombre de las familias que fundaron esos templos. La primera de las placas está en la calle San Miguel y está dedicada a la familia Salama. Se construyó en 1966 y cuando se cerró todo el patrimonio se llevó a la sinagoga de Alfonso XIII, subrayó.
La segunda se encuentra en la calle Hornos, aunque su ubicación inicial era otra, puesto que ha cambiado la fisionomía de la ciudadela. Está dedicada a la familia Melul. La última de las placas está instalada en la calle Parada y estuvo relacionada con la familia Benchimol. Todo el patrimonio de ambas sinagogas se destinó a la que está junto a la Comandancia General de Melilla.
En Janucá
El presidente de Mem Guímel también hizo hincapié en que se ha podido conocer esta parte de la historia gracias a la historiadora Elena Fernández, que ha formado parte del proyecto Sefamel, que consiste en investigar sobre las familias hebreas y su patrimonio en nuestra ciudad.
Además, Guahnich destacó que no fue al azar que se descubrieran las placas este día, pues su deseo era que fuera en Janucá, que tiene ese significado de inauguración.
Legado histórico
El presidente de la Ciudad explicó que la comunidad sefardí tuvo una gran repercusión en Melilla por ser una población numerosa y aún hoy en día la tiene por la historia que les vincula a esta tierra. “Han dejado un legado histórico, que conservan allá donde están porque se trasmite de padres a hijos y siguen teniendo un recuerdo maravilloso de Melilla aunque se hayan marchado”, añadió.
Imbroda destacó que era un día “importante” para la cultura porque generaciones futuras conocerán que hubo sinagogas en El Pueblo gracias a esas placas conmemorativas. Apuntó que aún hoy a familias relacionadas con la ciudad que viven aquí o que “están fuera, pero siguen vinculadas con Melilla conservando el amor a esta tierra y trasmitiéndolo a sus descendientes”.
Para el presidente de la Ciudad, este tipo de iniciativas sirven para engrandecer la cultura melillense, que definió como la mezcla de todas las culturas y religiones que conviven en paz y que es tan diversa gracias a esa diversidad.
La presidenta de la Fundación Melilla Monumental argumentó que no se podía decir que no a este proyecto de Mem Guímel, que ha tenido una inversión de 500 euros.
La Red de Juderías, un reto para 2019
Melilla quiere entrar en la Red de Juderías desde hace años y espera lograr este objetivo en 2019. Se trata de “un club selecto de ciudades”, según definió el lunes la consejera de Cultura, Fadela Mohatar, que consigue atraer turismo cultura de mucha calidad a los diferentes emplazamientos donde hay huella judía.
Mohatar subrayó que entrar en esta red implicaría “un salto cualitativo y cuantitativo importante de la presencia del turismo cultural en nuestra ciudad” y remarcó que se pondría en valor uno de los valores más importantes para los melillenses, como es la convivencia de culturas y la interculturalidad entre comunidades.
Pero este proyecto no finaliza ahí. La Consejería de Cultura anunció también que, para completar la actuación de la Fundación Melilla Monumental y de Mem Guímel en Melilla La Vieja con la instalación de tres placas que indican dónde estaban la sinagogas, se pondrán señales en este recinto histórico, en el centro modernista y en el barrio Hebreo para marcar infraestructuras o espacios de dicha comunidad.
Asimismo, dijo que se va a trabajar en un convenio con una de las sinagogas centenarias, la que está en el Rastro para realizar más actividades con este colectivo.
Por último, Mohatar recordó que Medio Ambiente está a punto de iniciar la reforma del cementerio de San Carlos. Se trata del primero de la comunidad judía de España tras su expulsión por los Reyes Católicos. Son 54.000 euros los que se destinarán a esta adecuación y limpieza, ya que, con el trascurso de los años, el cementerio hebreo se vio sumido en un importante estado de abandono.