Melilla celebra la Semana Europea de la Movilidad y hoy se inaugurará el carril bici en el Paseo Marítimo. Se trata de una obra que ha levantado las quejas de algunos vecinos de la zona ante el recorte que ha sufrido la calzada, con la consiguiente dificultad que pueda suponer para el tráfico de vehículos.
Se trata de una decisión valiente por parte de la Ciudad y una evidente declaración de intenciones: reducir el uso del coche y construir una ciudad más amigable para todos.
El tráfico rodado en Melilla llega a ser insoportable en algunos momentos y en algunas zonas, debido a las características geográficas de la ciudad pero también a los hábitos de los melillenses, acostumbrados a un uso excesivo del coche. No es posible que todos aparquemos en la puerta de la tienda donde vamos a hacer las compras y tampoco es necesario.
La ciudad cuenta con un buen servicio de transporte público que ayuda a aliviar la densidad de la circulación, pero el uso de los vehículos particulares aún es exagerado.
Es difícil cambiar las costumbres arraigadas en la población, por eso es importante que la Administración tenga iniciativas como las que se está promoviendo para mostrar a los ciudadanos las ventajas que tienen otros medios de transporte. Andar o el uso de la bicicleta no solo es beneficioso para la salud si no que su uso más habitual hará de Melilla una ciudad más agradable. Todos lo íbamos a agradecer.
No he visto, en muchos de los kilómetros de carril bici que existen en Málaga, a lo largo de barrios, tanto en zona centro, como otros, no tan céntricos, que se hayan perdido aparcamientos, ni dificultado la circulación a los vehículos.
Si además nos ceñimos al transporte público, y comparamos el raquítico, maloliente y tercermundista transporte púbico melillense, ya es para echarse a reir hoy y no parar hasta mañana.
Beneficiar a una mínima parte de la población, que solo usa el carril bici los sábado y domingo, para perjudicar a una mayoría de la poblacion, no es mejora, es ser tontito.