El viceconsejero de Festejos, Francisco Díaz, salió ayer para responder a las acusaciones vertidas desde Ciudadanos respecto a los gastos que suponen a la ciudad la Feria. Desde la formación naranja se acusó al Gobierno local de despilfarrar en la organización de las fiestas. Para sostener tal afirmación, Ciudadanos aportó una serie de documentos en los que desglosaban conceptos tan heterogéneos como el coste del certificado de obras de la instalación eléctrica, la banda de música para la corrida de toros o la gala de Melillense del Año. Además, señalaban que había más de 60 contratos menores que no habían necesitado concurso público, deslizando la duda de la corrupción calificándolos de “casos susceptibles de investigación”. Hasta donde sabemos no los han llevado a la Justicia para que los investiguen.
Más allá de la falta de rigor a la hora de presentar su acusación (ni siquiera ponen los gastos en contexto o explican si son precios fuera de mercado) Ciudadanos olvida mencionar si la Feria es rentable para Melilla. Más allá de los intangibles que supone para los melillenses el poder disfrutar de este espacio de ocio, Francisco Díaz recordó a la formación de Eduardo Castro que este año la organización y desarrollo de la Feria ha supuesto la creación de 200 puestos de trabajo. Además, el responsable de Festejos negó que se tratara de un despilfarro ya que más del 75 por ciento del gasto que suponen las Fiestas repercute directamente en empresas de la ciudad. Más que un despilfarro parece una inversión muy productiva.
Con la Feria se está invirtiendo en Melilla, tanto en sus ciudadanos como en el tejido económico de la ciudad, y las inversiones cuestan dinero. Hasta que no se demuestre lo contrario, y Ciudadanos no lo ha hecho, la Feria no es es un despilfarro sino que es rentable.