El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, informó ayer de que ha recibido un escrito del ministro de Exteriores, Josep Borrell. Se trata de la respuesta a una carta que envió el propio Imbroda hace unos días al ministro sobre el cierre de la aduana comercial por parte de Marruecos de forma unilateral. Borrell afirma que la Dirección General de Aduanas está en contacto con su homólogo marroquí para conocer por qué se ha adoptado esta medida.
Imbroda argumentó que envió el escrito al ministro de Exteriores el pasado jueves 9 para informarle de que Marruecos impedía la entrada de mercancía documentada en su país procedente de Melilla.
El presidente de la Ciudad aseguró que Borrell remitió su carta de respuesta el martes 14, aunque se recibió ayer. De hecho, mostró esta información a los miembros de la mesa por el empleo, que se reunió ayer en el Salón Verde del Palacio de la Asamblea.
En primer lugar, el ministro agradece a Imbroda que se haya puesto en contacto con él para trasmitirle esta preocupación por el cierre de la aduana comercial.
A continuación, Borrell explica que desde que fue conocedor de esta noticia “los servicios centrales de nuestro ministerio y de la embajada en Rabat se han puesto a disposición del Ministerio de Hacienda y, más concretamente de la Dirección General de Aduana, que ya está en contacto con su homólogo marroquí para conocer los extremos de esta medida y tratar de encontrar una solución satisfactoria”, según leyó Imbroda del escrito que ha recibido.
“Del mismo modo estamos trabajando estrechamente con la Delegación del Gobierno en Melilla”, subraya el ministro.
Por último, indica que confía “en que en el marco de las excelentes relaciones que mantenemos con Marruecos logremos acordar la mejor manera de abordar esta cuestión para el beneficio de Melilla y del resto de España”.
En este sentido, Imbroda destacó que el escrito del ministro de Exteriores sirve para conocer que están trabajando en este tema y que fue el único punto del día de la reunión de la mesa por el empleo y que llevó a los presentes a escribir un acuerdo en el que se piden soluciones para la mercancía que está en tierra de nadie y para mostrar su preocupación por cómo afectará a Melilla.