El argentino Horacio Rébora, ‘Tato’ para los amigos, tuvo que exiliarse tras el golpe de
Videla en Suecia, recalando después en Granada. Su historia de emigración se fusiona con la del género al que ama: “Si tuviera que definir en una palabra el tango, esa es inmigración”, explica a El Faro este gestor cultural, que ha visitado nuestra ciudad para presentar la 11ª Cumbre Mundial del Tango, de la que será su director.
¿Qué son las cumbres mundiales del tango?
Es un evento itinerante de tango. Se celebra cada dos años en una ciudad del mundo distinta. Estuvo en Buenos Aires, Granada, Rosario, Lisboa, Seinajoki, en Finlandia, Sevilla... Quizás es el primer acontecimiento que tiene este género que reconoce que artistas no procedentes de Buenos Aires hacen tango con profesionalidad. Ratifica que hace unos años se declaró el tango como patrimonio cultural inmaterial, un año antes de que se declarara el flamenco. En el caso de la cumbre de Melilla, habrá representación de 35 ciudades de once países de Europa y América Latina, sobre todo. Vendrán músicos, cantantes, bailarines... Es el único encuentro que tiene en todo el mundo el tango, que es un género esencialmente urbano que representa la evolución de la ciudad. Además de la programación central, que será en el Teatro Kursaal, habrá actividades de animación urbana, didácticas... Logramos un gran espacio cultural y festivo. El tango tiene en la danza su versión artística-coreográfica en el teatro y su forma popular de la mano de aficionados que vienen a los festivales.
–¿Qué es el el tango para usted?
–Es la manifestación más genuina de la cultura urbana de nuestra época. Nace de la inmigración. El origen es una gran olla en la que se mezclan las culturas. Y de ahí sale un producto tan singular como el tango. Es un género que no es igual a sí mismo. Cada diez años ha tenido una transformación tanto en la forma musical como en la temática de sus letras y en sus formas coreográficas. El tango relata la transformación de la ciudad a lo largo del siglo XX. De ahí su interés, porque creo que no se puede entender la evolución del tango si no se comprende la evolución urbana. Es un excelente instrumento para comprender la existencia urbana contemporánea, más allá de Buenos Aires, que representa la caricatura de cualquier ciudad. Con el tango, al igual que con el jazz, ocurre que aficionados de ciudades lejanas a Buenos Aires y Montevideo, pasan de la fascinación a la identificación, es decir, lo hacen propio. Y eso pretendemos que ocurra en Melilla. En ciudades como Granada hay ya gran número de aficionados. Creo que las ciudades deben incorporar el tango a su programación habitual. Porque no es la cultura argentina en otro lugar. Es mucho más. Representa una cultura urbana de carácter universal. Si no existiese ese sutrato, no tendría sentido una cumbre mundial.
–Decía usted en la presentación de la cumbre que la parte de la danza se prima más que la musical y que habría que buscar el equilibrio.
–En el tango tienen el mismo protagonismo la forma musical, la forma poética cantada, y la danza. La danza es lo que más fácilmente disfruta el público. Pero un espectáculo sin la música, sería hasta aburrido.
–¿Cómo ha variado la temática?
–Ha cambiado mucho. No era lo mismo cómo describía la temática del amor en los años veinte, treinta que ahora. Cuando nace el tango, había muy pocas mujeres porque la inmigración había sido sobre todo masculina. Con el crecimiento de la población, se fue equilibrando. Eso se reflejó en las letras porque fue cambiando la manera de amar.
–Ha organizado muchos festivales en todo el país.
–Sí, más de cien festivales en España. Y en Granada, que es de alguna manera el festival importante, ya van treinta ediciones. He creado las cumbres pero esta ocurrencia solo es posible viviendo fuera, siendo testigo de la cantidad de artistas que hay en el mundo y experimentando que, al escuchar tango en una ciudad lejana, he sentido más bienvenida que nostalgia. Como nace de la mezcla, es fácil que dialogue con culturas urbanas como el fado, la canción francesa... Está mucho más cerca de estas músicas que con el folclore argentino, de carácter rural y menos existencial.
–Su bar La Tertulia, en Granada, es un gran mosaico cultural.
–Sí, todos los días hay una propuesta cultural. Hago el festival de tango cada año en Granada y estoy verdaderamente involucrado con la vida cultural de la ciudad. Lo más visible es el tango pero hago muchas más cosas. Uno de los objetivos que nos marcamos con el festival era que el tango formase parte de la vida cultural estable de Granada y se ha logrado. Hay muchos aficionados. Además, en La Tertulia hay un día a la semana dedicado al tango. El resto de días hay poesía, presentación de libros, canción de autor, flamenco, pop... Hay una programación ecléctica.
–El último festival de Granada estaba dedicado a emigrantes y refugiados.
–Sí, a los emigrantes de ayer como origen del tango y a los refugiados de hoy. La inmigración es imprescindible para explicar la historia de la humanidad. Hoy, nos muestra un drama. No puede mirarse para otro lado. Nos atañe a todos. El tango tiene derecho a hablar de esto porque fue su origen.
–Usted se exilió. ¿Cómo cree que se está gestionando?
–Está siendo y creo que seguirá siendo la historia de una impotencia. Tiene que haber una voluntad de resolverlo en países de origen y hay que acoger a los que llegan. No se puede dejar ahogarse a ningún ser humano, venga de donde venga, en ningún lado. Hay que acudir a ese socorro. Es un problema que hay que abordar de manera global. No se puede limitar a la asistencia sino que hay que abordarlo como un fenómeno más amplio.
La Casa de Melilla en Granada, ‘culpable’ de la cumbre en nuestra ciudad
El presidente de la Casa de Melilla en Granada, José Antonio García Pezzi, tiene gran parte de ‘culpa’ de que nuestra ciudad vaya a acoger en octubre la 11ª Cumbre Mundial del Tango, que será dirigida por Horario Rébora, ‘Tato’.
Ambos, que han coincidido este fin de semana en Melilla, explican a El Faro que este encuentro internacional comenzó a fraguarse hace dos años. “Conozco a ‘Tato’ porque dirige el Festival de Tango de
Granada y además de una gran persona, es un gran gestor cultural”, señala García Pezzi.
Fue por ello que habló de su figura al Gobierno de Melilla y en agosto de hace dos años viajaron a la ciudad para comenzar a trabajar junto a las viceconsejerías de Festejos y Turismo en este proyecto.
Tanto ‘Tato’ como García Pezzi destacan la gran proyección que dará esta cumbre a Melilla, que se convertirá en la capital del tango durante unos días.