No solo utiliza la pintura de forma recreativa. Omaya Mohamed Zarouli, que es sordociega, también se sirve de los dibujos para comunicarse y expresarse. Varios de los trabajos de esta joven de 26 años que tiene un pequeño resto visual se exponen desde ayer y hasta mañana jueves en la sede de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE).
El director de este colectivo en Melilla, Carlos Alberto Gordillo, detalla a El Faro que la joven, que lleva pintando desde los quince años, utiliza los dibujos para explicar, por ejemplo, cómo se siente, la forma en la que ve el mundo de los sordos, su idea sobre la Navidad (aunque es de religión musulmana) o cosas tan mundanas como sufrir un dolor de cabeza o tener la menstruación.
Además, en la muestra también se exhiben otras otras obras en las que simplemente la joven saca a relucir su vena más creativa e imaginativa, sin ningún ánimo de servirse de la pintura como forma para comunicarse con el resto del mundo.
La exposición se enmarca dentro de los actos organizados para la Semana de la ONCE por el consejo territorial de este colectivo en Andalucía, Ceuta y Melilla. Bajo el lema ‘Tú y yo tenemos mucho que ver’, pretende dar a conocer al resto de la sociedad sobre todo la dimensión más humana de las personas que conforman esta asociación, que cuenta con cerca de 100 socios en nuestra ciudad, que sufren ceguera o una deficiencia visual grave.
“La idea es abrirnos lo más posible a la ciudadanía y dar a conocer el punto de vista humano y las personas con otras capacidades”, destaca Gordillo.
Charla en la Escuela de Arte
Además de esta muestra, que podrá visitarse en horario de 8:00 a 15:00 horas, el responsable de la ONCE en nuestra ciudad pronunciará hoy miércoles una charla en la Escuela de Arte Miguel Marmolejo, a las 11:40 horas. En la ponencia dará a conocer el asombroso trabajo que llevan a cabo artistas como John Bramblitt, que siguió pintando después de quedarse ciego. Carlos Alberto Gordillo también hablará de la obra de Lisa Fitipaldi, que no había pintado antes de perder la visión.
Pero, ¿cómo es posible pintar tras haberse quedado ciego cuando la mayoría de los ciudadanos, con plena capacidad visual, no son capaces de hacerlo? Gordillo indica que estas personas se buscan sus propias técnicas: primero tocan las dimensiones del lienzo y algunos se sirven de un punzón para dividir el espacio en pequeñas cuadrículas que van pintando después.
El responsable de la ONCE en Melilla recuerda que el 12% de la población sufre ceguera o problemas graves de visión, por lo que cinco millones de familias de nuestro país se ven afectadas por esta dolencia dado que no solo implica a los afectados sino también a sus seres más allegados. Suprimir barreras arquitectónicas y dotar de recursos a la Ley de la Dependencia son algunas de sus demandas.