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Gavilán compartió este reconocimiento con su familia
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Imbroda afirmó que es “un hombre leal, trabajador y resolutivo”
Hace varios años que se acordó que el centro asociado de la UNED pasara a llamarse Ramón Gavilán, que fue uno de sus fundadores y su director durante más de 30 años. Su vida vinculada a la universidad le llevó a permanecer en esta tierra durante todos estos años, aunque sólo iba a estar doce meses. El proyecto de la UNED le atrapó tres décadas y le robó el tiempo que no pudo dedicar a sus hijos, a los que ayer pidió disculpas por ello. Bajo una lluvia fina, Ramón Gavilán (que también fue consejero de Medio Ambiente) descubrió ayer la placa con su nombre en la fachada de este edificio junto al presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, un gran número de miembros del Gobierno local y muchos familiares y amigos. Además, ha sido nombrado director honorífico de esta institución.
La unión de Gavilán y la UNED comenzó en 1975, cuando lograron, aunque un poco más tarde lo previsto, allá por febrero, iniciar el curso universitario. Afirmó, en un discurso que se desarrolló en la sala de exposiciones del centro, que lo más difícil era encontrar profesores y tutores, pero siempre han contado con el respaldo económico del Ayuntamiento y de otras instituciones.
Gavilán recordó cómo comenzó a aumentar el número de alumnos en 1978 y tuvieron que pasar de ocupar la primera planta del ayuntamiento a la segunda y luego crear diez aulas más en la azotea del edificio. Eran tiempos de estrecheces. Pero surgió la oportunidad de mudarse a sus instalaciones habituales.
El director honorífico explicó que se enteró de que las monjas del Buen Consejo iban a hacer un nuevo edificio y dejaban el del centro de la ciudad. Afirmó que todos los días iba al colegio a recoger a sus hijas y a insistirle a la madre superiora de lo bueno que sería conservar el edificio instalando una universidad en su interior. Y lo consiguió. Logró que el Ayuntamiento pagara 50 millones de pesetas por este inmueble a pesar de que a las hermanas les ofrecieron 100 millones para hacer un centro comercial.
Gavilán también resaltó que lo más duro ha sido tener que cambiar planes de estudio y asignaturas cada cinco años hasta que se implantó el Espacio Universitario Europeo.
Dedicado a la familia
Aunque el director honorífico de la UNED no pudo aguantar las lágrimas de emoción cuando se refirió a su familia. Explicó que ahora que está jubilado está en la mejor etapa de su vida. Subrayó que al disfrutar de muchas horas en compañía de sus nietos se ha dado cuenta de que le quitó mucho tiempo a sus hijos durante sus años de trabajo y les pidió disculpas. Pero resaltó cómo su mujer se ha encargado de cubrir su ausencia y de criar a sus ocho hijos haciendo en algunas ocasiones de padre y madre a la vez. A todos les dedicó este homenaje que se rubrica con letras grandes en la fachada del edificio.
Por otro lado, Imbroda subrayó que Gavilán es “un hombre leal, disciplinado, trabajador y resolutivo”. Aseveró que aún le pide consejo porque es hombre sabio al que la jubilación le vino por edad y no por falta de capacidad.
El presidente de la Ciudad indicó que este reconocimiento era “muy justo” y que el director honorífico de la UNED es un melillense más porque se lo ha ganado con su trabajo en todas las facetas de su vida profesional.
Por último, el máximo dirigente del Gobierno local subrayó que Gavilán “ha hecho grande a Melilla” y que su labor sirve de ejemplo para todos al ser “un gran hombre, padre, abuelo y melillense”.