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El PSOE pide instalar cámaras y radares en Rostrogordo para evitar la conducción temeraria
No es la primera vez -y difícilmente será la última- que desde esta página de opinión denunciamos la conducta reprobable e irresponsable de no pocos melillenses cuando se ponen al volante de sus vehículos particulares. El exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos de alcohol o sustancias estupefacientes o las malas costumbres a la hora de estacionar el coche son actitudes que cualquier persona con un mínimo de sentido común ha de rechazar.
Ayer, el diputado socialista en la Asamblea y secretario de Política Autonómica y Local del PSOE melillense, Francisco Vizcaíno, propuso que se instalen cámaras de tráfico y radares en la zona de Rostrogordo para que se ponga fin a las “carreras de coches de alta gama” que se producen en ese lugar durante los fines de semana.
Parece que hay conductores inmaduros que se creen con derecho a convertir esta ciudad en un circuito de Fórmula 1. O quizá en un rally, vista la cantidad de vehículos todoterreno que circulan por nuestras calles. Si tanto les motiva la velocidad, deberían haber pensado antes lo de vivir en un espacio cerrado de 12 kilómetros cuadrados. Esto no es el Jarama, ni un descampado donde dar rienda suelta a sus ínfulas de pilotos frustrados.
No hace falta más que pasar una mañana asistiendo como público a alguno de los juzgados de Melilla para ser conscientes de la cantidad de delitos contra la seguridad vial que se registran en esta ciudad. La conducción temeraria ha sido y es una de las mayores lacras que padecemos. Y la seguiremos sufriendo si las autoridades no aplican mano dura a los infractores. Aunque la dureza de la ley no será suficiente si no va acompañada de medidas encaminadas a educar a los conductores. Y eso nos corresponde a la sociedad en general, no sólo a los responsables de seguridad vial.