-
Vecinos y empresarios del barrio del Industrial admiten que la zona ha cambiado mucho y para bien
El Industrial es quizás una de las zonas más nobles de Melilla. El barrio nació de espaldas al mar, como una especie de polígono que albergaba talleres y almacenes y que con el tiempo se dio la vuelta. Hoy tiene una primera línea de playa con grandes edificaciones y sus límites geográficos los marcan el puente del río de Oro y Minas del Rif; la calle General Polavieja y el Paseo Marítimo.
Para muchos vecinos de la zona, como Pablo, lo mejor del Industrial es la playa. Lo peor para otros como María es la falta de aparcamientos. Aunque los hay como Elena que creen que es necesario realizar una reforma integral de fachadas, sobre todo en Álvaro de Bazán, y asfaltar muchas de las vías del barrio.
También los hay como Pilar que consideran que habría que reforzar la limpieza y mejorar los problemas de circulación.
Pero a la hora de valorar cómo está el barrio, incluso los más críticos admiten que hoy está mejor de lo que ha estado nunca. Emilia lo resume para FaroTV: “Ahora es más ciudad. Melilla ha cambiado mucho. Ahora está preciosa”.
“Melilla para mí”
Con los años el Industrial se ha convertido en un barrio próspero que está a medio camino de todos los puntos de Melilla. Cuenta con clínicas, restaurantes, tiendas, oficinas, autoescuelas… Lo tiene todo a tiro de piedra. La mayoría de empresarios consultados por FaroTV destacan que han decidido abrir sus negocios en el barrio sobre todo por el mar y el vecindario.
Uno de ellos, Francisco Navarro, es contundente. Nació y creció en el Industrial. Recuerda que antiguamente había casas bajas en primera línea de playa, pero da su bendición al crecimiento urbanístico de la zona. No se le pasa por la cabeza irse de la ciudad. “Melilla para mí. De aquí, del Industrial para Padre Lerchundi” (donde está el cementerio), comenta a El Faro.
Mohamed Mohamed, de la Clínica Cico, destaca sobre todo la elegancia del Industrial. Para Toñi García, de Lázaros’s Instalaciones, la falta de aparcamientos en Carlos V, donde tiene su tienda, es el talón de Aquiles del barrio. Sin embargo, reconoce que ha habido muchos cambios en los últimos años y la zona ha ido a mejor.
Es lo que piensa Yamia Hamida, que montó su Confitería Montemar hace 20 años y desde entonces no ha parado de crecer. Para ella, los vecinos son lo mejor de esta zona.
La Ciudad tiene planes de futuro para el Industrial. El primero de ellos, el tan llevado y traído carril bici y también la creación de siete zonas peatonales en el barrio.
Queda en el tintero recuperar algunos edificios emblemáticos como el de Juan Montes Hoyo, un inmueble que data de 1927 y que ensombrece la vista con su estructura ruinosa.
Antonio Bravo, cronista oficial de Melilla y director de la UNED, recuerda que ese edificio nació con una finalidad industrial. “Ahí hubo almacenes y garajes de servicio público, de autobuses. Como ciudadano de Melilla me gustaría que mantuviese su originalidad, pero que también estuviera abierto a transformaciones”.
También queda pendiente dar más vida de la que hoy tiene al cine Perelló, propiedad de la familia Navarro y el único que sigue abierto desde el año 1978, contra viento y marea, en todo el norte del Rif.