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Bienestar Social llegó a atender a un total de 31 entre el seísmo del 25 de enero y el del 22 de febrero
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, informó ayer de que aún hay familias a las que ayuda la Ciudad porque se quedaron sin hogar el 25 de enero del pasado año. En concreto, tres residen en albergue y una en un hotel de la ciudad.
No obstante, llegaron a ser hasta 31 familias las que tuvieron que recurrir a Servicios Sociales porque no tenían recursos económicos para pagar otro hospedaje ni familiares con los que vivir. Al terremoto de hace un año hay que sumar las réplicas posteriores y otro más que hubo el 22 de febrero, de 5.1 en la escala de Richter, que incrementó en cinco familias el listado de personas pendientes de Bienestar Social. Estas últimas residían en las calle General Prim y Sidi Abdelkader, en inmuebles que ya estaban afectados por el primer seísmo que sufrió la ciudad.
Bienestar Social tuvo problemas para encontrar pisos de alquiler para estos ciudadanos
El albergue
En el Albergue San Vicente de Paúl no olvidan el 25 de enero del pasado año. Esos días trabajaron mucho para adecuar las habitaciones a los numerosos huéspedes que llegaron en busca de un techo que no se les cayera encima.
Desde la institución indicaron que nunca antes habían tenido a tantas personas viviendo en esta gran casa. Llegaron a ser 52.
Para dar cabida a los ciudadanos que llegaban con sus hijos tuvieron que montar literas y comprar mantas y toallas para todos.
Todos los voluntarios tuvieron que echar una mano en esos días para atender lo mejor posible a estas personas que no sólo vivieron el susto del terremoto, sino que sufrieron al tener que abandonar sus hogares en unas horas sin poder recoger todos sus enseres.
El albergue tiene una serie de horarios, pero se adapta en muchas situaciones a las necesidades de los ciudadanos que viven temporalmente en este centro. De esta forma, guarda la comida a los padres que tienen que ir a recoger a sus hijos al colegio porque suele servirse sobre las 14:00 horas.
Además, los trabajadores y voluntarios de esta entidad acaban formando parte de las familias que hay hospedadas porque todos se implican en el cuidado de niños y de adultos.